Por: Cristina Padín
No se curaría la niña que acudió con el abuelo y la abuela
al bello viaje a Israel. Hicieron el viaje con el cura de su parroquia, excelente
sacerdote con templanza y mente abierta. Y hablaban mucho en el viaje sobre la
mente abierta… y sobre los fanatismos. Hubo mucho fanático en el siglo I a.C.
y hay mucho fanático ahora. Exactamente igual de peligrosos.
Respeto, por favor.
No se curaría la niña… pero entonces no lo sabían. La llevaron
a Cafaraún: lugar de sanación. Y rezaron con fe y esperanza. El lugar era hermoso
y los envolvió en su belleza y en su paz… en la comunión de las almas. Y volverían
a España, a la piscina y a los toros, a las clases y al trabajo. Y la niña
fallecería antes de Navidad.
En su inmensa tristeza hallarían paz los abuelos… Dios lo
sabe todo. La niña estaría bien.
Fascinada en Israael
A Tierra Santa: lugar de esperanza
Al Padre Germán de Casanova
Al Padre que en Cafarnaún se queda la foto de Luis
A Luis
A las peticiones que he hecho en la Gruta de Elías: algunas son
azules
A los que hacen las cosas bien hechas
A los M
A mi familia
A Olga
Al cura de la parroquia
Al toreo
A mi México
Y a la fe: es la virtud que me tocó en Monte de las Bienaventuranzas,
y creo que es la mía, siempre pienso que todo irá bien