Ford ha tomado una decisión que marca un hito en su presencia en Europa. Enfrentando una disminución en la demanda de vehículos eléctricos y una creciente competencia de fabricantes chinos, la compañía ha anunciado la eliminación de 4,000 puestos de trabajo y la suspensión temporal de la producción de sus nuevos SUV eléctricos en su planta de Colonia, Alemania. Estas medidas buscan garantizar la competitividad de la empresa en un mercado cada vez más desafiante.
La planta de Colonia será la más afectada con una reducción de 2,900 empleos. En el Reino Unido, 800 puestos de trabajo también desaparecerán, aunque las instalaciones de Dagenham y Halewood permanecerán intactas. Por el momento, la planta de Almussafes, en Valencia, España, no sufrirá recortes, una decisión que brinda un respiro temporal al sector automotriz español.
Entre las acciones más significativas se encuentra la pausa en la producción de los modelos eléctricos Explorer y Capri, ambos fabricados en Colonia. Esta medida incluye la implementación de jornadas laborales reducidas y una suspensión en la producción que se extenderá por tres semanas hasta Navidad, con la posibilidad de ampliarse durante el primer trimestre de 2025. Según Marcus Wassenberg, director general de la planta de Colonia, estas medidas “difíciles pero decisivas” son necesarias para mantener la competitividad de Ford en el exigente mercado europeo.
La situación refleja un escenario más amplio en la industria automotriz europea. Tras la eliminación de subsidios para vehículos eléctricos en Alemania a finales de 2023, las ventas de este segmento han mostrado una caída significativa. Solo en los primeros tres meses de 2024, se registró una disminución del 14% en las ventas de eléctricos, y el segundo trimestre continuó con una tendencia aún más negativa. Ford no es el único gigante automotriz afectado; empresas como Volkswagen también enfrentan recortes y posibles cierres de plantas debido a condiciones similares.
La decisión de Ford subraya la dificultad de equilibrar la transición hacia la movilidad eléctrica con las demandas del mercado y la sostenibilidad financiera. Aunque la pausa en la producción de eléctricos y los despidos masivos son medidas drásticas, la compañía insiste en que son pasos necesarios para adaptarse a las condiciones actuales y prepararse para un futuro más competitivo.
Esta reestructuración también pone en evidencia los retos que enfrentan las marcas tradicionales frente a la competencia de fabricantes chinos que han logrado posicionarse con vehículos eléctricos más accesibles. En un momento en que el panorama automotriz está en plena transformación, Ford busca redefinir su estrategia para mantener su relevancia y liderazgo en la industria.
El futuro de Ford en Europa dependerá de su capacidad para adaptarse a estos desafíos, equilibrando la innovación en movilidad eléctrica con la sostenibilidad económica. Aunque el camino parece incierto, la compañía está decidida a tomar las medidas necesarias para seguir siendo un actor clave en el mercado global.