La tormenta tropical Francine, que tocó tierra como un huracán de categoría 2 en Luisiana, ha dejado una estela de destrucción, incluyendo graves inundaciones y cortes de electricidad que afectaron a más de 400,000 personas. Francine, que alcanzó vientos de hasta 155 km/h al impactar en la localidad de Terrebonne, provocó lluvias torrenciales en la región, particularmente en Nueva Orleans, donde se registraron entre 15 y 20 centímetros de agua.
A medida que la tormenta avanzó hacia el interior, se debilitó rápidamente, pero las consecuencias siguen siendo serias, ya que las autoridades han advertido sobre posibles inundaciones adicionales debido a la saturación del sistema de alcantarillado.
El presidente Joe Biden declaró el estado de emergencia en Luisiana, lo que permitió movilizar recursos federales para asistir a las áreas más afectadas.
Los equipos de emergencia han estado trabajando para restablecer los servicios básicos, mientras se mantienen alertas por los riesgos de inundaciones repentinas. Además, se han implementado operativos de búsqueda y rescate en las zonas más afectadas.