Por Marco A. Cortez N.
Después de 70 años de ostentar la Corona del Reino Unido y de los otros Reinos de la Mancomunidad de Naciones, hoy falleció la ya mítica, Reina Isabel II.
De esta manera la reina, quien ostentó la corona, deja el trono que recibió de su predecesor Jorge VI a su sucesor, Carlos III.
Elizabeth Alejandra María nació el 21 de abril de 1926 en Bruton Street, Londres y dejó de existir hoy 8 de septiembre en el Castillo de Balmoral, en Aberdeenshire, Reino Unido.
De religión anglicana, Isabel II -cuyo himno en su honor es God Save The Queen- se vuelve a reunir con su esposo Felipe de Edimburgo quien falleció apenas hace un año.
Sus jubileos de Plata, Oro, Diamante, Zafiro y Platino fueron celebrados en 1977, 2002, 2012, 2017 y 2022, respectivamente.
Con la muerte de esta férrea reina, ejemplo de empoderamiento para las mujeres, sin duda habrá una recomposición de la geografía política del Imperio Británico y de su injerencia en los diversos escenarios internacionales.
Para Jens Stoltenberg, secretario general de la Organización del Tratado Atlántico Norte (OTAN), ahora en un discreto enfrentamiento con la Rusia de Vladimir Putin, la ahora difunta reina fue ejemplo de liderazgo desinteresado y servicio público.
La Casa Blanca que hospeda al gobernante del llamado país más poderoso del mundo, dijo por medio de una portavoz expresó sus condolencias por la muerte de la Reina Isabel II. “Llevamos en nuestros corazones y tenemos presente en el pensamiento a los familiares de la reina y al pueblo del Reino Unido”, dijo Karine Jean-Pierre.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, elogió hoy jueves “la gracia, la dignidad y la dedicación” de la reina Isabel II, la monarca británica con más años de servicio, que murió a los 96 años.
Y es así como la dinastía monárquica del mundo continúa. El Reino Unido, como parte de él, han jugado un papel fundamental en la historia de la humanidad y como todo en la vida, nada es eterno. Todo pasa, todo cambia, el mundo evoluciona y quienes habitamos en él simplemente somos invitados a formar parte de un suspiro en la eternidad.
