La Revista

Grandes esperanzas, grandes decepciones

Carlos Capetillo Campos
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Reflexiones en voz alta, por: Carlos Capetillo
Campos.

carlos_capetillo@hotmail.com / @capetillo campos

Estos
días de gran movimiento político que atrae la atención de los medios y de los
ciudadanos en general, sobre todo por los nombramientos de quienes tendrán las
principales responsabilidades del gobierno federal y por consiguiente el mayor
poder e influencia, aunque en esta ocasión como nunca el poder estará
centralizado en el Presidente.

Y
desde luego resaltan los principales temas que están siempre en la mente de los
mexicanos, que en cada sexenio escuchan las mismas promesas y al fin del
sexenio cosecha las mismas decepciones de que los males se agravan en lugar de
resolverse.

Hay
algunos de gran impacto como la inseguridad, la corrupción y su origen la impunidad,
el empleo y los bajos salarios, así como la pérdida del poder adquisitivo,
entre otros que agobian a los mexicanos.

Lo
hemos reflexionado en otras ocasiones, que la impunidad es la razón del porque
la corrupción se mantiene.

Si
a los que se les comprueba actos de corrupción, plenamente, no chismes, no en
espacios de dudas, sino plenamente comprobados, no al estilo de Elba Ester
Gordillo ni Napoleón Gómez Urrutia, que lo único que sucedió es que las
autoridades responsables del proceso evidenciaron su incompetencia por decir lo
menos; sean castigados y decomisados los fondos sustraídos del erario público.
Y además del castigo legal, sufran el castigo social, muy rápido desaparecería
la corrupción.

Y
siempre el gobierno presume el número de empleos que crea y regulariza, y
regularizar también es bueno, ya que le proporciona seguridad social a los que
se incorporan.

Pero
es indispensable preparar a más mexicanos para que puedan acceder a puestos de
dirección y supervisión, elevar la productividad para justificar mejores
salarios, porque cada vez que se aumentan los salarios se pierde poder
adquisitivo y esto es lo grave.

Por
otro lado, la muy amplia votación a favor del licenciado López Obrador,
obedeció por un lado a la falta de sensibilidad de los funcionarios actuales y
a la ineficiencia del área de comunicación social del gobierno en su conjunto,
que a lo mejor a propósito, no informaron adecuadamente a la sociedad de los
logros del gobierno, por otro lado a la explotación de los errores del gobierno
federal a través básicamente por las redes sociales y por otro lado muchas
promesas aunque escuchadas en otras ocasiones, por la gravedad y necesidad de
que se atiendan, la sociedad mexicana desea intensamente que se cumplan.

Y
esto será uno de los problemas. La sociedad mexicana espera demasiado del
Presidente Electo. Y los limitantes naturales como el presupuesto, los
compromisos nacionales e internacionales, la deuda tanto la externa como la
interna del país y el más importante de todo que es el tiempo.

Demasiados
cambios en muy poco tiempo. Hay que cuidar que las prisas no impidan que las
cosas maduren.

Pasada
la euforia de las elecciones, empiezan a asomar coincidencias y diferencias con
los proyectos e ideas que pretenden convertirse en programas.

Pero
todo el que pueda apoyar debe hacerlo con el ánimo de que el país se beneficie.

Se
ha gastado demasiado dinero con pocos resultados y no hay que inventar el hilo
negro.

Simplemente
hay que reorientar el gasto y los programas y administrar con eficiencia y
honestidad. Y que no se olviden que es
dinero del pueblo. Los funcionarios solo lo administran. Hay que rendir cuentas
claras y precisas.

Te
saludo cordialmente.

Carlos Capetillo Campos
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