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Hablemos de Morena

Marco Cortez Navarrete
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Hablar del partido Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) es hablar de Andrés Manuel López Obrador, presidente Constitucional de los Estados Unidos Mexicanos, y en este contexto, recordar que el político tabasqueño llegó al cima del poder ejecutivo federal en su tercer intento.

¿Cuál fue la fórmula que utilizó López Obrador para ocupar la silla presidencial?. Varios analistas coinciden que su victoria se fundamentó en el hartazgo generado en la población por parte de los gobiernos priistas y panistas, especialmente los sectores con mayor grado de marginación y de pobreza. López Obrador llegó a la presidencia con una estructura de leales colaboradores pero insuficientes para gobernar un país de más de 130 millones de habitantes. ¿Qué hizo? pues recurrir a “viejos lobos de mar” cuyo historial se remonta a la década de los años setenta del siglo pasado y además reclutó a otros políticos de diversos partidos cuyas aspiraciones para trascender se frustraron en sus organizaciones de origen.

Es así como llegamos al tema de esta aportación: Yucatán. Aquí Morena se creó prácticamente al “vapor” y en un principio liderado por un tal Mario Mex Albornoz (¿saben qué fue de él) y fue sustituido por Alpha Tavera, ex alcaldesa de la segunda ciudad más importante del Estado, Valladolid, y quien tiene la encomienda de que el color guinda ocupe un sitio en la mente y ánimo de los yucatecos además del PAN y PRI…y PRD.

Y es que en los dos primeros partidos políticos, citados líneas arriba, curiosamente, han surgido los potenciales y visibles aspirantes para competir por Morena en las elecciones para la gubernatura del Estado en 2024. Me refiero a Verónica Camino (ex PRI) y Joaquín Díaz Mena (ex PAN). Hay por allá un tercero, Rogerio Castro, quien según algunos analistas y comunicadores está dedicado a reclutar seguidores con el fin de colocarse también como una opción. Y mucho más lejos, con todo respeto, un senador que en fechas recientes dejó a su partido de origen para irse a Morena, argumentando que “nunca fue una opción real” para el partido que lo vio nacer.

Tanto Verónica, senadora, y Joaquín, delegado del gobierno federal en Yucatán ya están en plena campaña y aquí abro un paréntesis para preguntarme y preguntar ¿y el PRI?…¿por qué tan callado?. Rolando Zapata en el equipo de Alito pasa como desaparecido, con perfil bajo, y el líder estatal, Panchito Torres, se ha convertido en experto divulgador de la gastronomía yucateca al publicar fotos comiendo ricos platillos en sus recorridos por el interior del estado, o en algunos casos, sabrosos desayunos capitalinos cuando acude a las reuniones de su partido. Por su parte, el buen Mauricio Sahuí Rivero, otra baraja del PRI, también se nota callado pese a que se le ha visto públicamente en reuniones de su partido y también de Morena. ¿Lo estará pensando?.

Asimismo, Jorge C. Ramírez, el prócer, senador muy popular en medios universitarios, es sin duda experto en el manejo de su imagen en redes sociales pero, para mi gusto, también registra descenso de seguidores, amén que su filosofía lo acerca más al priismo de derecha.

Bueno, en concreto, de entre todas estas distinguidas personas surgirá el ungido que según la lógica se topará con un adversario, candidato natural para la gubernatura, hablo de Renán Barrera Concha, quien sí sabe de convicciones y que ya manifestó su deseo de heredar el paquete que dejará Mauricio Vila Dosal, empresario, gobernador y político experto en atraer inversiones a Yucatán. Por cierto, aprovecho este espacio para subrayar el notorio crecimiento del vallisoletano Liborio Vidal Alcocer, todo un caso en la política yucateca y quien hoy como Secretario Estatal de Educación está demostrando que no se requiere ser profesor de carrera o doctorado en educación para administrar una dependencia como la que tiene bajo encargo, es más, su éxito se basa en que se supo rodear de gente que sí sabe y que con ella está cumpliendo una buena labor y sobre todo abriéndose paso como otra opción, cada día más clara, para hospedarse seis años en palacio de gobierno.

POSDATA.— Al parecer las innovaciones y los procesos de reingenieria de la nueva administración de la UADY que encabeza el rector Carlos Alberto Estrada Pinto y su equipo —integrado por nuevas generaciones de profesionales— está afectando “viejos intereses” de la clase política que se niega a la evolución y el desarrollo.

“Luz, Ciencia y Verdad”.

Veremos.

Mientras tanto, hasta la próxima.

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