Por: Luis Repper Jaramillo.*
lrepperjaramillo@yahoo.com
Harapiento
Por segunda vez “doblan” a Andrés, hoy fue Biden
¿A qué fue Andrés
Manuel López Obrador a la Casa Blanca el 12 de julio, cuando su visita fue
políticamente incorrecta? Su estancia, de escasas dos horas, diplomáticamente
desdeñada. Entró a la residencia de la Avenida Pensilvania por una puerta
lateral, no fue esperado en el umbral por el Presidente Biden; fue el director
de Protocolo de la sede quien le dio la bienvenida y la orden “adelante, Mr.
Biden lo espera en el Salón Oval”.
Andrés Manuel
entró como “cualquier hijo de vecino”, no, como el presunto Jefe de Gobierno de
más de 130 millones de mexicanos (más
bien representa a sus chairos, amlovers, pejezombies, aduladores, adoradores y larvas
de la Transformación de 4ª), nunca a
ciudadanos dignos, honestos, decentes, nacionalistas; engañados, ignorados,
vilipendiados. Su presencia sólo obedeció a su arrogancia, prepotencia,
incapacidad de llevar con dignidad la solvencia y calidad de mandatario,
elegido legalmente en las urnas.
El Peje llegó al
encuentro sin plan preconcebido, sin agenda consensuada, sin idea “a qué iba”, sin el respaldo –que es lo peor- de
los mexicanos de bien. Ya lo dije, acudió en calidad de mesías de sus gusanos
identificados como morenos, “leales a ciegas”, sometidos al proyecto (sin pies
ni cabeza) Transformación de 4ª, que para el gobierno norteamericano y los
medios de información gringos, no significa nada, es intrascendente, al grado
de ignorar su visita a la Casa Blanca, pues fue micro mínima la cobertura local
y quienes “lo pelaron” citaron en sitios distantes de la primera plana que
López Obrador estuvo con Joe Biden.
El inquilino de
Palacio Nacional tiene “flaca memoria” o se hace “que la Virgen le habla”, pues
a poco más de un mes que ignoró, despreció, insultó, condicionó su
participación como Coordinador Nacional de México (que lo hace mal) pues no
sabe gobernar, menos cómo se come eso, a la Cumbre de las Américas, en Los
Ángeles, California, a convocatoria de Mr. Biden. No asistió, por la estupidez de que no fueron invitados los
dictadores Díaz Canel, Maduro y Ortega, Cuba, Venezuela y Nicaragua,
respectivamente, que provocó la humillación, exhibición y desdén a nivel
mundial al anfitrión. El inquilino de la Casa Blanca se la cobró, dejando ver a López como enano, insignificante,
pedigüeño, entreguista, “doblado”
como lo calificó su amigouuu Donald Trump.
¡¡Vamos!! no
necesariamente fue Joe quien ridiculizó a López, sino la propia agenda del
mexicano que no llevó temas relevantes para nuestros intereses, sino “ordenes”
expresas del Foro de Sao Paulo, como interceder –como asunto central- por los
indocumentados centroamericanos (desplazados, perseguidos, acosados, encarcelados,
desaparecidos, expulsados, golpeados por las dictaduras de Ortega, Maduro, Díaz
Canel). Andrés en su infinita arrogancia, desprecio e indiferencia por los
mexicanos (aspiracionistas, fifís, “traidores”, Clasemedieros, marginados,
pobres, niños con cáncer, etc.) no abordó como prioridad protección, seguridad,
estatus legal, de los millones de mexicanos radicados ilegalmente en la unión
americana, sino generalizó el tema y pidió
–entre sus cinco puntos- visas laborales para “no paralizar la economía de este gran país”, con mano de obra
calificada, especializada, experimentada. Jajajajajaja, Biden contuvo la risa ante descabellada ocurrencia.
Dice el refrán
popular mexicano, “el buen juez por su casa empieza” y nunca como ahora “cae
como anillo al dedo”, pues mientras este insensato gestiona para centroamericanos,
visas de trabajo, en México el desempleo, subempleo, informalidad, desplazamiento,
marginación, pobreza extrema siguen galopantes y con cifras alarmantes, ante la
indiferencia de la T4a y su líder de pacotilla.
El sitio www.datosmundiales.com dio a conocer un estudio sobre las tasas
de desempleo a nivel mundial, en donde analizó 75 países. México ocupa el sitio 52. Tiene mayor desempleo que Qatar, Cambodia, Nigeria.
España se ubica en la posición 11.
En tanto en
México, el INEGI en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), a mayo
de 2022, desenmascara el triunfalismo del IMSS, de la inútil Secretaría del Trabajo y de las cifras alegres de Andrés
Manuel cuando en Monólogos de su Soberbia, presume repunte de empleos formales.
Nada más falso. El ENOE exhibe a todos señalando que en México la actual tasa de desempleo (recuerde, son cifras
oficiales, a las que hay que sumarle entre 50 y 55%) supera 40 millones de
mexicanos, de una Población Económicamente Activa (65 millones). Siguen
cifras rojas: en la informalidad (la mayoría perdió su plaza laboral) pululan 32 millones de ciudadanos (que no reciben
seguridad social, prestaciones, antigüedad, etc.), en subempleo, no tienen salario, sobreviven con su familia lo que
vendan al día: zapatos, ropa, joyería de oro, de fantasía, chucherías, comida,
juguetes, chácharas, enseres menores de plástico, acero, remedios caseros,
etc.) En este renglón subsisten 5
millones de connacionales.
Tras este pésimo
panorama, el inquilino de Palacio Nacional, el pedinche (que no resuelve los
problemas de su país), abogó ante Joe Biden, por indocumentados centroamericanos
rogando les otorgue visas laborales. ¡Candil
de la calle, oscuridad de su casa!
Es del dominio
público la escenota que mostró Andrés Manuel durante el encuentro –sin
resultados positivos- con Mr. Biden, en el Salón Oval. El lenguaje corporal
dijo más que sus lerdas palabras balbuceadas, escritas en hojas de papel mal
dobladas, arrugadas, desparpajadas, en donde exhibió peticiones, de las que el
anfitrión se mofaba con discreta sonrisa y sutiles movimientos negativos con la
cabeza.
La posición
apoltronada de López Obrador, en el sillón de amarillo, era infame,
despreciable. De un tipo hartado y temeroso ante la enorme e imponente figura
del hombre más poderosos del mundo. El mensaje corporal fue de sumisión,
enanez, inseguridad. Sentarse a la orilla frontal del sillón es muestra de
servilismo, supeditación. Las puntas de los pies (zapatos) encontrados denota
pánico, miedo; así se mantuvo durante los 30 y tantos minutos de suplicio que
toleró Mr. Biden.
En cambio, Joe,
imponente, impecable, adorablemente vestido. Su posición en el sillón era de
sobriedad, elegancia, seguridad, poderío. Cruzado de pierna, estilo francés,
tenía el control de la situación y por cortesía republicana escuchó al lacayo
pedigüeño, que motu propio, sin consultar al Senado, a la Secretaría de
Energía, “al pueblo bueno y sabio”, a la Secretaría de Economía, a la de
Gobernación, etc. ofreció un cambalache:
-como si la vida humana fuera una mercancía- obtener visas de trabajo para
indocumentados centroamericanos a cambio de gasolina “barata” mexicana en la
franja fronteriza norte, para que los gringos crucen la zona limítrofe y llenen
sus tanques de gasolina “más barata que en su país” y con la promesa (motu
propio) de incrementar el abastecimiento, con productos que México compra a
refinerías norteamericanas y mal venderlas –a los vecinos- más económicas.
Para gobernadores
de Morena y Transformación de 4ª la visita de su ídolo a la White House fue un éxito –no hay peor ciego que el que no quiere ver– según un desplegado pagado en redes sociales. Las larvas
lopezobradoristas escupen “mantuvo la
soberanía nacional con una política exterior fiel a los principios
constitucionales y fortaleció la relación entre México y Estados Unidos” jajajaja,
lacayo y lacayos.
Alharaquean que
“López Obrador planteó un programa sin precedentes para contener la inflación
(7.99% en México) en ambos países (que los gringos se ocupen de lo suyo), al
proponer medidas más allá de las monetarias que atiendan las causas (en 3 años
8 meses no ha sabido controlarla. Por el contrario, año tras año aumenta el
impuesto más infame en contra de la población) y promueve el fortalecimiento
económico de América” El torpe, por
qué no se ocupa en resolver los problemas de México y no andar de “nalga
pronta” por otros países… Entiendo, es la orden del Foro de Sao Paulo. ¡Destrozar
a México!
De regreso con las
manos vacías. Así fue la conclusión de la visita forzada de López a Mr. Biden.
Sabía que tenía que ir a la casa presidencial para que le “jalara las orejas”,
“lo doblara nuevamente” y lo pusiera en su lugar, para cobrarse la afrenta y
boicot que hizo a la Cumbre de las Américas. El Peje, es tonto, ignorante o
ambas, pues vox populi sabe que Estados Unidos no tiene amigos, ni aliados… sino intereses. Lo demostró Mr. Biden.
Alertó a Andrés: o dejas de interceder por los dictadores Maduro, Ortega, Díaz
Canel, Fernández, Bolsonaro (muy pronto Lula) o conocerás la ira
norteamericana: más aranceles, fronteras cerradas a indocumentados, penalidades
en el T-MEC, bloqueo a exportaciones mexicanas (aguacate, cítricos, acero,
etc.)
Y como muestra de
su desinterés por la agenda que le presentó López, fue la corta recepción que
le dio, y la frase lapidaria que le dijo al final “paciencia” ante las demandas de entregar más visas de trabajo para
mexicanos, centroamericanos y regularizar a los millones de connacionales. “No sugiero que no tengamos problemas,
expuso Biden, porque sí los tenemos. Lo que hay que tener es paciencia”. Es decir, “lo bateó” pues le urgía que el mexicano
se fuera, porque tenía que hacer maletas, ya que horas después tenía que
atender algo más urgente, prioritario e importante, que a López.
Visitar Israel y
Oriente Medio para atender estrategias de geopolítica en ambas zonas. A Tel
Aviv (primera a Tierra Santa como mandatario) para fortalecer la relación de
Israel con los países árabes. Y su estancia en Arabia Saudita cobra relevancia
por el peso estratégico que ha provocado la guerra entre Ucrania y Rusia. Esto
es prioritario para Estados Unidos, y no visas laborales para indocumentados
centroamericanos. ¿Lo entenderás, Andrés?
*Colaborador de los Grupos Editoriales
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