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Hay un punto de encuentro entre sociedad y negocios: lo sostenible

Raul Monforte González
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Construyendo, por: Raúl Asís Monforte González.

E-mail: raul@mienergiamx.com
Facebook: Raúl Asís Monforte González. Twitter: @raulmonforteg

La sociedad a veces parece confundida y desorientada
ante la amplia terminología que domina la arena pública de la comunicación con
conceptos que no acaba de entender, que esto es verde, lo otro es limpio,
responsabilidad social corporativa, inversiones socialmente responsables, y
muchos otros.

Y es que resulta cierto, que muchas veces estos
novedosos términos solamente contribuyen a enriquecer un discurso florido, pero
carente de la necesaria sustancia que le permita convertirse en verdaderas
acciones auditables por las cuales se pueda exigir y rendir cuentas.
Necesitamos adoptar un lenguaje que sea al mismo tiempo tan fácil de comprender,
como lo suficientemente interesante para despertar y motivar las necesarias
acciones.

En el terreno en el que los negocios y la sociedad se
encuentran, el término “sostenible” es el que ha tenido el dominio más durable
desde que fue definido en 1987 con la publicación de “Nuestro Futuro Común”
también conocido como el “Informe Bruntland”. En los últimos años y de manera
especial entre la comunidad inversionista, se ha venido dando un cambio en la
semántica prefiriendo el acrónimo “ESG” que significa Environmental, Social, and
Governance, que ha sido el término mejor adoptado por la gente del dinero para
distinguir los fondos de inversión que, en teoría, han superado el tamiz de
estar implementando algún nivel de sostenibilidad.

En los últimos años, más de un trillón de dólares ha
fluido hacia los llamados fondos ESG, generando un debate acerca de si estos
fondos realmente estarán seleccionando compañías que están haciéndolo mejor que
todas las demás. Incluso, la Comisión de Bolsa y Valores, la SEC, del gobierno
de los Estados Unidos, ha emitido una advertencia haciendo notar el veloz
crecimiento de la demanda, y la cantidad de productos y servicios que claman ser
ESG, mientras que prevalece una carencia de definiciones precisas y debidamente
normalizadas del término.

¿Cuál es entonces la razón por la que los
inversionistas colocan de manera preponderante este tema en las mesas?

Hoy está sumamente clara la naturaleza sistémica del
riesgo que el cambio climático representa para la humanidad, ya no es posible
seguir ignorando las sequías, inundaciones, incendios y las tormentas que están
destruyendo comunidades a niveles récord y están causando la disrupción de las
cadenas de suministro globales, con lo cual imponen sobrecostos reales que los
negocios se ven obligados a trasladar al usuario final.

Simultáneamente, las compañías están recibiendo una
mayor presión por parte de los tenedores de sus acciones. Encuestas recientes
han demostrado que la principal preocupación del selecto grupo de las familias adineradas
es el impacto en ESG que están causando sus inversiones, y esta presión parece
provenir de los miembros más jóvenes de estas familias.

Finalmente, la mayor razón es la oportunidad
económica. El salto hacia una economía limpia se está acelerando, y eso pone en
juego mercados cuyo valor es multi trillonario, creando cambios radicales en
sectores como energía, transporte, alimentos y agricultura, materiales, y
productos de consumo.

Todo esto, ha ocasionado que los intereses de la
sociedad y los de los negocios, encuentren un punto común de convivencia: lo
sostenible.

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