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Homún; el Informe pelicano

Carlos Mena
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Los pelicanos de la zona costera son menos vistos en la playa pero en los mangles se concentran como nunca antes consecuencia de la cada vez menos población de peces pequeños en el mar, pero no son los únicos, los pescadores ribereños acuden a los mangles a pescar con redes aunque esta prohibido por la ley, en la noches ponen redes y en la madrugada las recogen para evitar sean observados agravando aun más la alimentación de las aves, aunque saben que no hay vigilancia náutica en los mangles.

Otro aspecto del mismo problema es la evidente merma en la captura de mero y otros peces de escama, derivada por disponer menos comida para su alimentación y reproducción ya que los manglares les proveen alimento pero al ser capturados peces y camarones pequeños rompen estos ciclos biológicos por esto han recurrido a la pesca de pepino de mar y a la delincuencia; hoy se habla de crear una policía costera para evitar estas practicas.

Por otro lado, las enfermedades gastrointestinales en Yucatán se han incrementado en los últimos años según las estadísticas, sobre todo las diarreicas en los niños del interior del estado que son su principal victima. Se les ha asociado al calor e higiene al comer, no a la calidad del agua consumida, cuando hay estudios de sostienen que el 70% del agua analizada del manto freático de Yucatán está contaminado en mayor o menor medida; recuerden que Mérida es la única capital del sureste de México que no tiene drenaje.

Hasta que aquí ya hay varios problemas, es decir, hay menos pelicanos porque hay menos peces pequeños que hace que exista menos pesca de mero, lo cual aumenta la delincuencia y pesca furtiva en mangles y pepino de mar. ¿Pero qué tiene que ver con esto con las enfermedades gastrointestinales?

Una interesante analogía podríamos expresarla en el gusto yucateco por el cerdo, ya que cada vez que comemos cochinita hacemos que haya mas enfermedades gastrointestinales en niños debido a la falta de vigilancia de las granjas que no operan sistemas adecuados de tratamiento de sus aguas residuales, por consiguiente más contaminación y menos pelícanos, menos pesca ribereña derivada y el evidente aumento de la delincuencia costera y presión sobre los mangles.

Esto se debe a que las granjas de cerdos utilizan mucha agua, y mucho de este recurso hídrico en muchos casos lo vierten a pozos sin el tratamiento debido, y por consiguiente contaminan el manto freático, y este vital líquido es consumido en los poblados por personas que no poseen agua entubada, así también llega a los mangles como un insecticida que mata a los peces que allá se reproducen y por consiguiente ocasiona que menos lleguen al mar, y de allá se reduzca la pesca ribereña provocando con ello el incremento de la pesca furtiva de pepino de mar y en mangles, y finalmente se ejerza más presión sobre pelicanos y otras aves, y como resultado también observamos hasta los cocodrilos ya llegan a las marinas en busca de alimento.

El caso de Homun expone un problema sobre premisas de corta visión, si bien se sabe las consecuencias del equilibrio ecológico roto, los argumentos mediáticos en el caso de este poblado nacen por pura percepción sobre hechos fundamentalmente imaginarios enfocándose en el problema y no en la solución a largo plazo. Los hechos: de acuerdo a los líderes de las marchas en Homún, la granja de cerdos contaminaría cuando ni siquiera había abierto; los protectores de los cenotes, no se quejan de la contaminación sino de la probabilidad de que lo hagan el futuro; el gobierno, expone que todos los permisos procedimientos pertinentes solicitados a la empresa están cumplidos por lo que sabe que no contaminará.

Hoy la granja entró en funciones pero todo flota en la desconfianza de la supervisión publica porque muchas granjas que cumplieron con los permisos de apertura hoy contaminan debido a que no hay sanciones, ni brigadas que los supervisen y garanticen que los sistemas de tratamiento de agua estén operado el 100%, o bien, simplemente los supervisores tienen un precio. Además, muchos de los manifestantes tuvieron granjas que impactaron seriamente el manto freático y creen que así debe ser, ignorando que existen sistemas que garantizan el cuidado del agua.

De nada sirve la veda del mero si lo peces del manglar mueren por contaminación ya sea de granjas sin supervisión, agroquímicos, industria o incluso por contaminación producida por la falta de biodigestores, fosas sépticas adecuadas en los hogares ya sean de Mérida, Homún o cualquiera de los 106 municipios que conforman el estado. De nada sirve la policía costera si no soluciona una pesca ribereña suficiente y de ciclos sustentables; de nada sirve certificar granjas de cerdos sino hay un organismo autónomo que supervise la calidad de las aguas circundantes de cada granja y si esta contaminada cerrarlas, que por cierto no hay ningún caso de cierre por contaminación del agua.

Lo empresarios porcícolas de la granja de cerdos de Homún tienen todos los equipos necesarios para tratar el agua y permisos para operar, y por su parte, los pobladores tienen miedo que esto no este garantizado en el futuro, y de allá que la gente que nade en los cenotes se enferme y tenga consecuencia en sus comunidades sobre todo en enfermedades gastrointestinales de los niños.

La propuesta de Sergio Grosjean, quien es empresario, coordinador de proyectos de rescate y restauración de cenotes sabe que la granja opera de manera legal y que cuenta con todos los permisos que la autoridad competente ha impuesto, por consiguiente, no existe mecanismo jurídico para impedir su operación, propone la manufactura y operación de “pozos testigo” a la periferia de la granja de cerdos y que los monitoree un colectivo o cuerpo colegiado formado por Instituciones, Universidades, investigadores con el perfil adecuado, así como, pobladores, es decir, un grupo incorruptible, quienes vigilen los estudios, y en caso de que esta contamine cerrarla al momento , así se protegería la producción de cerdos, las fuentes de empleo que genera, y lo más importante; se protegería la salud y evitaría el rompimiento biológico que afecta hasta los pelicanos del mar. Este esquema se puede repetir en otras granjas porcícolas, avícolas, industria e incluso en plantaciones donde se utilizan agroquímicos que impactan más que las mismas granjas.

Concluyendo; hay menos pelicanos y pesca porque los mangles producen menos peces pequeños porque los flujos y ojos de agua que los alimentan están contaminados por la industria y negativas prácticas humanas que afectan también el agua de los poblados causando enfermedades incluso mortales.

La propuesta y declaraciones de Sergio provocaron un problema político y de intereses donde importa más la enfermedad que la medicina, ya que los pobladores quieren el cierre de la granja que opera de manera legal y con equipos de última tecnología según argumentan los empresarios, y estos últimos están atados ante un problema sobre una realidad que no existe. Los opinologos, organizaciones sociales irresponsables, así como personajes con matices políticos creen que es un problema de derechos humanos y ponen trabas al asunto evitando la comunicación entre las partes involucradas, creyendo que con marchas, gritos e improperios encontrarán una solución al asunto, y mientras tanto, nadie se preocupa por lo pelicanos, el mangle y las enfermedades de los niños.

Carlos Mena
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