Claroscuro, por: Por Francisco López Vargas
Ivonne Ortega Pacheco fue candidata a gobernadora de Yucatán prácticamente sin oposición de nadie en el PRI. Sólo Dulce María Sauri se le puso enfrente para regresar a ese palacio que la hoy diputada federal abandonó en medio de un escándalo, cuando fue interina luego del golpe de estado contra Víctor Manzanilla Schaffer.
En esos días, Sauri prefirió dimitir a la gubernatura –a la que llegó ilegalmente vía fax- por un “conflicto de lealtades” en 1993, y a la que pretendió regresar en los comicios de 2007 cuando Ortega Pacheco fue postulada.
Ivonne hizo su carrera a la sombra de su tío Víctor Cervera Pacheco, pero no gracias a éste que en realidad la veía con cierta incomodidad.
Hija de su prima hermana, Cervera Pacheco empujó sin mucha fe, casi a la fuerza, a su sobrina Ivonne a ser diputada local, presidenta municipal de su natal Dzemul, y senadora y a la postre gobernadora luego del error de Patricio Patrón Laviada de postular como candidato del PAN a Xavier Abreu Sierra, quien a pesar de la holgada ventaja perdió una elección que se veía ganada.
Dice Wikipedia que la nativa de Dzemul fue su alcaldesa en 2001, después diputada al Congreso de Yucatán. En 2003 fue diputada por el II Distrito Electoral Federal de Yucatán a la LIX Legislatura del Congreso de la Unión y en 2006 senadora de primera minoría por el estado de Yucatán. En el Senado se desempeñó como secretaria de la mesa directiva.
La señora Ortega pareciera no conformarse con lo que ganó como priista: cargos, dinero, casas, terrenos y una fortuna que rebasa no sólo su capacidad de generarlo honestamente sino hasta su capacidad educativa para delinear estrategias económicas que le rindan provecho.
En buena medida, la actitud de Ortega tuvo su resultado en los comicios de 2018 cuando muchos meridanos optaron por el PAN o por Morena, en una decisión que subió a un partido diferente en la preferencia electoral como nunca antes se había visto en un estado que el bipartidismo era norma. Morena creció exponencialmente quizá también por la operación política de priistas que lo vieron como un asidero para quitarle votos al PAN, su enemigo más cercano.
La decisión sólo afectó al PRI que perdió finalmente la elección a la gubernatura.
Ivonne resultó ser un claro ejemplo de lo que destruyó al PRI porque no sólo practicó los peores vicios del partidazo sino que hizo gala de ese poder al usarlo no sólo para enriquecerse, cometer nepotismo sino que no dudó en usar la fuerza pública contra quienes se oponían a una decisión de su delfín político, Angélica Araujo, en el paso deprimido de Prolongación Paseo de Montejo.
El PRI en Yucatán padeció lo mismo que en tiempos de su tío: sólo sus amigos y los hijos de sus parientes eran los beneficiados. Se podó a quienes podían destacar en aras de rendirle culto a la personalidad de una gobernadora que hasta para cambiar su apariencia usó el dinero público y las instituciones de salud.
Ivonne está muy lejos de ser un ejemplo político. Se peleó con el presidente Peña Nieto porque éste no quiso hacerla su candidata a la presidencia y después de eso se le vio en un cumpleaños de Muñoz Ledo sentada con Cuauhtémoc Cárdenas e Ifigenia Martínez mientras su publirrelacionista Gaby López aparecía en las listas de Morena como candidata suplente a legisladora por Quintana Roo.
La ex gobernadora escaló a los cargos más altos de su partido sólo porque la cúpula que ella dice ahora aborrecer, lo acordó y le entregaron las posiciones. Es cierto, siempre peleó por las causas que ella identificó le servirían, pero también es verdad que el latrocinio de su gestión alcanzó para todos sus colaboradores.
Terrenos, casas y propiedades fueron adquiridos con dinero público. Su hermana, su cuñado y varios de sus colaboradores como prestanombres, según se infiere de los certificados del registro público de la Propiedad.
¿Por qué renunció Ivonne? Renunció porque, seguramente, ya tenía una opción que le permitiría mantenerse en la política y porque su nivel de enfrentamiento con el nuevo presidente del PRI hizo insostenible cualquier acuerdo.
Moreno se ha caracterizado por ser un negociador y le planteó que la negociación se hacía antes de competir y que si se llegaba a la competencia, no habría premios de consolación. Incluso, el padrón que impugnó Ortega fue actualizado en los tiempos en que fue secretaria general del PRI con César Camacho y que incluyó a mucha gente a la que no se pidió siquiera sus credenciales de elector.
La ex alcaldesa de Dzemul seguirá el mismo camino que han seguido los priistas cuando dejan su partido: se integraban al PRD y ahora vería ir a Morena, porque en el PAN no todos tienen cabida aunque algunos han logrado integrarse a ese partido.
Empero, casi de inmediato, Redes Sociales Progresistas, el partido que integra Elba Esther Gordillo, se deslindó de la ex gobernadora y lo mismo pasó en días de la semana con Morena.
La salida de Ivonne no debe tomarse a la ligera. La mujer deja huérfanos a varios políticos yucatecos que aún no se reponen de esa decisión.
Conforme pasen los días veremos si afectó o no su decisión en las filas yucatecas del tricolor, pero de entrada el presidente del Comité Directivo Estatal respirará aliviado porque ya no está bajo las órdenes de quien veía su jefa y lo encumbró.
El tema será para Rolando Zapata, a quien ella hizo secretario de Gobierno, y para Joaquín Díaz Mena si decidiese incorporarse a Morena.
Con Zapata empezará la pugna para quitarle adeptos o colaboradores, mientras que para Huacho el problema sería que ella es muy protagónica y él no por lo que peligraría su representación de Morena y su súper delegación, además de sus aspiraciones a la gubernatura.
Panchito Torre tendría la puerta abierta para aliarse con Jorge Carlos Ramírez Marín y, con él, tratar de que ese proyecto político crezca, sobre todo ahora que puede hacerlo abiertamente.
Mujeres
La marcha de las mujeres ha despertado muchos y muy variadas reacciones. Los hombres no somos enemigos de las mujeres si juntos somos capaces de formar familias. Lo que no puede seguir es la violencia contra ellas y esa también podemos combatirla juntos, lado a lado, porque todos tuvimos una madre, algunos una o varias hermanas o esposas e hijas. No permitamos que la violencia siga, algo debemos estar haciendo mal cuando los buenos, que somos más, no podemos detener a los maleantes. Unámonos, defendamos a las mujeres.
Es vergonzoso que desde los días de las muertas de Juárez el país haya caído en esa espiral de feminicidios que no sólo nos presenta como un país violento y que no reconoce ni admite la igual de género sino que nos hemos dado gobiernos que han sido incapaces de contener esa violencia.
También acompañamos esos hechos con la percepción de que nos falta no sólo cultura sino educación básica para respetar a otros seres humanos sean mujeres, homosexuales o transgénero. Todos somos seres humanos.
