Por: Alonso Ronald Ortiz García / @RonaldOrtizG
En el artículo anterior me referí al Buen Gobierno como una serie de cualidades y atributos que deberíamos de procurar en quien nos gobierna. Sin embargo, cuidar el perfil de nuestros gobernantes es sólo el primer paso para transitar hacia un mejor Estado. Es necesario revisar propuestas.
Sabemos que la capacidad de un gobierno se vincula con sus competencias para articular servicios, programas y políticas públicas y en los resultados que estos generan. Todos estos aspectos atraviesan por la toma de decisiones.
En los actos de gobierno la toma de decisiones puede hacerse sin información, al tanteo, por puro instinto o respondiendo de una forma más racional pero sin sacrificar sensibilidad. Hacerse de la mejor información y de los mejores aliados será crucial para la transformación del Estado.
En este sentido, las estrategias para crear políticas públicas desde una perspectiva de Estado Inteligente deben incluir mínimamente las siguientes características: a) Emanar de las necesidades ciudadanas y, más aún, del consenso social, b) Proponer la generación de capacidades sostenidas, reducción de la pobreza y empoderamiento de grupos vulnerables, c) Direccionarse al fomento de la inversión y al ahorro, al desarrollo empresarial o a la creación de redes de empresas y d) Plantear un sistema de innovación tecnológica de Gobierno Abierto.
Imaginemos un Estado Inteligente a partir de estos cuatro ejes.
Consenso y participación social: Se piensa en la participación social desde formas muy concretas, en proyectos con inicio y fin, pero la participación social debe ser un proceso trasversal y continuo dentro de las políticas públicas, teniendo la perspectiva del ciudadano siempre en la mesa de discusión e integrándola objetivamente en el momento de decisión.
Aquí, podemos imaginar esquemas de presupuesto participativo y consejos ciudadanos como órganos de consulta y vinculación. También mecanismos de validación y control de acciones de gobierno a través de la sociedad civil organizada.
Empoderamiento de grupos vulnerables: Se ha hablado por mucho tiempo, el empoderamiento de los grupos vulnerables permite que las políticas públicas distributivas y preventivas disminuyan las brechas. La difusión de los derechos y la promoción de la cultura cívica es un elemento clave del empoderamiento.
Imaginemos acciones de fortalecimiento a las instituciones y organizaciones que impulsan los derechos indígenas y apoyo a sus procesos políticos de base.
Redes de Empresas: Han sido elementos clave en la política de países industrializados y en desarrollo, se trata de generar valor a través de alianzas estratégicas orientadas al bienestar de quienes en ellas participan.
Imaginemos un gobierno que realice intervenciones para promover el desarrollo de varios conglomerados de micro, pequeñas y medianas empresas a través de programas territoriales regionalizados por vocación productiva.
Gobierno abierto: Las iniciativas de Gobierno Abierto buscan promover un Estado transparente y participativo donde gobierno y ciudadanos colaboren en el desarrollo de soluciones públicas, a través de la implementación de espacios de participación pública, plataformas de gestión de información e interacción social a través de las tecnologías de la información.
Imaginemos, por ejemplo, una aplicación virtual con geoposicionamiento que permita conocer la normativa completa de control de uso de suelo y ordenamiento ecológico para la administración, control y gestión de proyectos de inversión con impacto-suelo…
Einstein tenía un cerebro común que usaba distinto. Se trata de unir el hemisferio izquierdo- el de la lógica- con el hemisferio derecho- el de la imaginación.
Alcanzar la mejor versión de nuestra comunidad sólo será posible a través de la construcción de un Estado Inteligente.
