La Revista

Imposible estimular lluvias con yoduro de plata si no hay nubes cargadas con agua

Facetas de México, por: Pascacio Taboada Cortina.

Pascacio Taboada Cortina p_taboada2005@yahoo.com.mx y Jorge Martínez Cedillo atlaanteleon@gmail.com.

Una vez más, el gobierno encabezado por Andrés Manuel
López Obrador, encarga al Ejército tareas que no son de su responsabilidad.
Ahora, la orden es: bombardear nubes con Yoduro de Plata, con el propósito de
provocar lluvias en la cuenca del río Cutzamala, entre los límites de Guerrero
y estado de México, frente a la escasez del vital líquido para abastecer a varios
municipios de la entidad mexiquense y de la Ciudad de México.

Así, para que esta operación sea exitosa, el primer
requisito es la existencia en la atmósfera de nubes cargadas con agua y que la
aplicación se realice puntualmente. Es decir, que no haya vientos fuertes en la
zona objetivo, que pudieran desplazar las nubes y descargar su potencial
hídrico fuera de donde se presenta la necesidad de las benditas lluvias.

En el estado de Sinaloa, la experiencia de
estimulación de lluvias con Yoduro de Plata viene de muchos años atrás, de
cuando era presidente José López Portillo y el titular de Agricultura y
Recursos Hidráulicos Francisco Merino Rábago, coincidentes ambos con el inicio
de la construcción del Sistema Cutzamala.

En esos tiempos, el gobierno federal contaba con los
estudios técnicos y científicos para todo lo concerniente al aprovechamiento de
agua en sus diferentes usos: urbanos, agrícolas, construcción de
infraestructura y aprovechamiento del potencial de agua del subsuelo.

Dentro de la Secretaría de Agricultura, operaba la
Comisión del Plan Nacional Hidráulico, donde el principal responsable de este
organismo, fue el doctor en Sistemas Hidráulicos, Fernando González Villarreal.

En varias zonas del estado de Sinaloa y sur de Sonora,
surtió buenos resultados la estimulación de lluvias, pero con la condición de
la presencia de nubes cargadas con agua, con el clásico color negro y descargas
eléctricas por el roce y choque de masas nubosas.

Y algo muy importante: que la práctica de estimulación
se realizaba a partir del mes de mayo y se intensificaban en junio y julio de
cada año. En los siguientes meses, ya no era necesario, por la presencia de
tormentas tropicales y huracanes en toda la zona del Pacífico.

Hay que señalar que, en el mes de marzo y abril, no es
recomendable estimular las lluvias por el método de bombardeo de nubes, por la
sencilla razón de que no hay presencia de fenómenos meteorológicos.

En la actualidad, es muy loable la disposición del
Ejército en labores de estimulación de lluvias, en la construcción de grandes
obras, como el Tren Maya, la refinería de “Dos Bocas” y el aeropuerto “Felipe
Ángeles”.

También para evitar “sabotaje” en el Metro de la
Ciudad de México, pero hay que reconocer que ninguna de estas actividades, es
de su responsabilidad y especialidad. A todo lo que les encomienda el gobierno,
los soldados dicen que sí, aunque las obras no sean las mejores.

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