Yucatán enfrenta un año devastador en términos de incendios forestales, posicionándose como una de las entidades más afectadas por estos siniestros en México durante 2024. Según datos proporcionados por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), hasta el 22 de agosto, se han registrado 29 incendios en el estado, consumiendo un total de 19,389 hectáreas, distribuidas entre zonas arbóreas, arbustivas y herbáceas.
El incendio más significativo del año ocurrió el 14 de agosto en la comisaría de Sisal, en el municipio de Hunucmá, donde se perdieron 850 hectáreas de selva baja caducifolia, un tipo de ecosistema donde los árboles pierden sus hojas durante la temporada seca. Este siniestro ha contribuido significativamente a la cifra total de áreas dañadas, situando a Yucatán entre los estados con mayor superficie afectada por el fuego en el país.
A nivel nacional, la situación es alarmante. México ha registrado 7,771 incendios forestales en lo que va del año, afectando una superficie de más de 1.3 millones de hectáreas. De estas, la mayoría corresponde a áreas herbáceas y arbustivas, lo que subraya la gravedad de la crisis ambiental que enfrenta el país.
En comparación con otras entidades, Yucatán se ubica en la posición 14 en términos de superficie dañada, siendo superado por estados como Guerrero, Chiapas y Oaxaca, que concentran el mayor número de hectáreas afectadas a nivel nacional. Dentro de la Península de Yucatán, Quintana Roo es el estado más afectado, ocupando el noveno lugar nacional, seguido de Campeche y finalmente Yucatán.
Estos incendios no solo representan una pérdida significativa de biodiversidad y recursos naturales, sino que también tienen un impacto considerable en la calidad del aire y la salud de los habitantes de las zonas afectadas. La devastación de áreas naturales protegidas y el avance del fuego hacia zonas urbanas han incrementado la preocupación entre las autoridades y la población, quienes exigen medidas más efectivas para prevenir y controlar estos siniestros.
La Conafor y las autoridades estatales han estado trabajando arduamente en la contención de los incendios, pero el desafío es grande, especialmente debido a las condiciones climáticas adversas, como la sequía prolongada y las altas temperaturas que favorecen la propagación del fuego.
Ante este panorama, se hace evidente la necesidad de reforzar las políticas de prevención de incendios forestales, así como la capacitación y equipamiento de los cuerpos de bomberos y brigadistas en todo el estado. La comunidad también juega un papel crucial en la prevención, por lo que se están intensificando las campañas de concienciación sobre los riesgos de realizar quemas agrícolas sin las debidas precauciones.
En conclusión, Yucatán enfrenta un reto ambiental significativo en 2024, con incendios forestales que han arrasado miles de hectáreas y puesto en peligro la rica biodiversidad del estado. Es crucial que tanto las autoridades como la ciudadanía trabajen conjuntamente para mitigar los efectos de estos desastres y proteger los valiosos recursos naturales que aún quedan en la región.
