Según un informe del fiscal especial Jack Smith, las pruebas contra el expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, por sus intentos de anular los resultados de las elecciones de 2020 habrían sido suficientes para obtener una condena si no hubiera ocupado la presidencia.
El informe, divulgado parcialmente, indica que las acciones de Trump tras las elecciones, incluyendo presiones a funcionarios estatales y la promoción de teorías infundadas de fraude electoral, constituyeron una interferencia significativa en el proceso democrático.
Sin embargo, debido a la inmunidad presidencial que protege al mandatario de procesos judiciales durante su mandato, no se presentaron cargos en su contra en ese momento.
Este caso resalta las limitaciones legales para procesar a un presidente en funciones y plantea interrogantes sobre la rendición de cuentas de los líderes políticos en situaciones similares.