Por Eduardo Sadot-Morales Figueroa
Los trámites de migración ante la autoridad tienen
un costo pero la vinculación de los funcionarios de este instituto con el
coyotaje hace que sea un ejemplo de corrupción y delincuencia.
El tema de la corrupción en el Instituto Nacional de
Migración (INM) es un tema de mucho tiempo atrás, que a veces, de vez en
cuando, surge una parte del iceberg, que nos muestra la cara más dramática del
fenómeno de la migración en México.
El paso de migrantes por el territorio nacional,
abrió la oportunidad de negocios – no siempre limpios – para regularizar el
paso de migrantes, basta pensar que siendo indocumentados, tienen el riesgo de
ser extorsionados o expulsados del país y ello de sí, ya presenta una
oportunidad de corrupción para evitar su expulsión, conociendo la práctica en
México de los caminos torcidos para evitar la aplicación de las leyes, entonces,
desde hace años, el paso de los migrantes ha sido una mina de oro que ha hecho
a muchos ricos en México y seguirá haciéndolos.
Hay trabajos, oficios y ocupaciones que dan dinero,
pero sin duda los más repudiables, son aquellos que trafican con el dolor, las
penas y sufrimiento humano.
El INM es un hecho que está invadido de corrupción,
no es casualidad que el Comisionado nombrado recientemente por el presidente de
la 4T, Tonatiuh Guillen haya renunciado. Todos saben del rango de corrupción de
esa institución. Sin duda una de las más dolorosas muestras de ello, fue el
multi asesinato de San Fernando. Es un secreto a voces, lo que pasa en materia
de migración, que tampoco es posible que escape a la atención de la Secretaría
de la Función Pública, que a éstas alturas, debiera estar trabajando en una
estructura multidisciplinaria para acabar con la corrupción en el INM.
La mafia de coyotes como la que opera en el IMSS,
son dos temas que parecen no preocupar a la Secretaria responsable de la
función pública, en tiempos del oscuro acuerdo con EEUU, la presión sobre el
tema irá tomando fuerza y las instituciones deberán tener las estrategias y
mecanismos para combatirla, pues es un balcón internacional en este momento
donde cualquier resbalón, tendrá una resonancia mundial en el tema.
No se han escuchado a expertos hoy silenciosos como
el padre Solalinde, que ya debiera estar trabajando en un esquema eficiente y
claro que atienda, primero el tema de la migración y el tema de la corrupción.
Es un problema mayor que el del huachicol o el del
desabasto de medicinas. El negocio de la carne humana, destila sangre y riqueza
que no ha habido nadie que pueda combatirlo eficientemente. Si el Presidente
supiera que hacer, ya lo hubiera hecho. Pero no basta con hacer señalamientos,
es más benéfico para México, hacer propuestas concretas.
Es indispensable integrar una estructura donde
participen los órganos de seguridad del país, en una acción coordinada donde
incidan la Fiscalía General, la Secretaría de la Función Pública, La Secretaria
de Hacienda, la de Gobernación, la
Secretaría de Seguridad Pública, la Secretaría de la Defensa Nacional, la
Secretaria de Marina Armada de México, las ONGs que tienen suficiente
información al respecto. Establecer un programa de trabajo que contenga
acciones de limpieza interior del INM, coordinados con la Secretaría de la
Función Pública y detecten a los servidores públicos involucrados con los
coyotes. Que Hacienda investigue sus movimientos bancarios, y la Fiscalía
proceda. En relación a un operativo externo, detectar a los particulares
denominados coyotes y los que no lo son, aquí si hay que distinguir entre los
despachos de abogados serios que conocen, saben del trámite y actúan con
profesionalismo, además de todos los que de diferentes maneras intervienen en
los procesos. Depurar el sistema de migración con la colaboración de la
sociedad civil y los migrantes, mientras no se haga de ese modo, el tema nos
rebaza.
Si de veras se quiere acabar con la corrupción,
habría que comenzar por aquí, dar resultados, plantearse obtenerlos en el
corto, mediano y largo plazo, pero que exista el apoyo del Presidente y la
voluntad política para lograrlo.
