Las negociaciones entre Israel y Hamás han avanzado significativamente, acercándose a un acuerdo de alto el fuego en la Franja de Gaza. Según fuentes de ambas partes, el pacto preliminar contempla la liberación de 33 rehenes por parte de Hamás y una retirada progresiva del ejército israelí, manteniendo un perímetro de seguridad aún por definir.
En una segunda fase del acuerdo, Hamás entregaría al resto de los rehenes, mientras que Israel liberaría a 1.000 presos palestinos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, y altos funcionarios estadounidenses han participado activamente en las conversaciones.
A pesar del optimismo en torno a las negociaciones, existen voces críticas dentro del gobierno israelí. El ministro de Finanzas, Bezalel Smotrich, ha expresado su oposición a la liberación de prisioneros y a la detención de la ofensiva militar, abogando por una acción más contundente en Gaza.
En Washington, el asesor de seguridad nacional ha mostrado confianza en la posibilidad de alcanzar un acuerdo antes de la investidura del presidente electo, Donald Trump, aunque ha subrayado que Hamás debe aceptar plenamente los términos propuestos.
Mientras tanto, la situación humanitaria en Gaza sigue siendo crítica. Los enfrentamientos de los últimos 15 meses han dejado más de 46.500 muertos, con numerosos ataques y bajas en ambos bandos.