Con motivo de la graduación de los cadetes de la Heroica Escuela Naval Militar en Veracruz, el presidente Enrique Peña Nieto fue a esa entidad para encabezar la ceremonia. En todas las ocasiones, como parte del protocolo, se procura que el gobernador que recibe al Ejecutivo Federal lo haga en el aeropuerto, en todo momento esté cercano y participe como orador en el evento. Pero esta vez nada de eso ocurrió. El gobernador Javier Duarte no fue convocado al aeropuerto, donde fue recibido por el Secretario de la Defensa Nacional, Salvador Cienfuegos, el secretario, Vidal Francisco Soberón y el Comisionado, Renato Sales.
En la ceremonia de graduación, el gobernador Javier Duarte, que según el protocolo se debe sentar al lado del presidente, fue ubicado en el cuarto asiento de la mesa de honor y no se le programó para que, como siempre había sucedido, pronunciara un discurso. Cuando el presidente Peña lo saludó lo hizo con frialdad. Más aún, en las fotos del evento publicadas en el sitio oficial de la Presidencia de México en Internet, el gobernador veracruzano ha sido estratégicamente cortado, borrado, eliminado de las 112 tomas, como si no hubiera estado. Donde sí aparece es las fotos tomadas por las agencias informativas.
Para los observadores la distancia y el trato frío que recibió el gobernador Duarte significa que sus relaciones con el presidente Peña Nieto se deterioraron y que es previsible que sus problemas crezcan en cuanto deje el poder.
Desde otro enfoque, el cambio en el protocolo indica que el presidente Peña Nieto se alejó del gobernador, que lo hace faltando unos meses para que deje el poder, después de haber ordenado a la Procuraduría General de la República iniciar una controversia Constitucional para evitar que el mandatario nombrara a los funcionarios que se encargarán de combatir la corrupción en Veracruz, en un contexto de múltiples acusaciones de la Auditoria Superior de la Federación que reclama la comprobación de miles de millones de pesos y cuando el PRI, después de más de 80 años de gobernar el estado, fue derrotado por el candidato del PAN, que prometió llevar a la cárcel a Javier Duarte por haber saqueado a la entidad.
Al gobernador de Veracruz, no se le permitió recibir ni despedir al presidente Peña, no se le dio juego en el evento y fue exhibido en su propia entidad en un acto público, quienes conocen la relación entre ambos personajes saben que Duarte fue un entusiasta promotor de la candidatura de Peña Nieto para que llegara a la presidencia y hasta antes de conocerse los resultados de las elecciones de junio pasado, había una relación cercana, lo que hace pensar que para el presidente la derrota electoral fue una afrenta y que deberá de haber consecuencias para Duarte, que fracasó en mantener el gobierno de la entidad en manos del PRI.
Es un hecho público que Javier Duarte mantiene una controversia con el hoy gobernador electo de Veracruz Miguel Ángel Yunes a quien acusa de corrupción y persigue legalmente de manera imprudente, lo que hace previsible que lo que debería mantenerse en el plano político como parte de una campaña en busca del poder, se ha transformado en un asunto personal que podría traer consecuencia negativas para Duarte, cuando deje el poder estatal que todavía lo cubre porque el poder federal, por lo visto, no lo va a defender.
Existen indicadores que apuntan a que Javier Duarte podría no ser un exgobernador impune y que su eventual castigo serviría de ejemplo para aquellos integrantes del PRI que no entiendan que le deben congruencia y lealtad al partido. Ese es el mensaje que expresa por el país el nuevo líder Enrique Ochoa que en diversos foros y desde su toma de protesta, lo viene planteando.
El cerco en torno a Javier Duarte se está cerrando. Juan Manuel Portal, Auditor Superior de la Federación dice que está harto del gobernador. En una entrevista en la televisión, manifestó su esperanza de que Duarte fuera a la cárcel. Afirma que el gobierno de Veracruz encabeza a los simuladores de devoluciones, supera tres a uno a los diez estados con más delitos federales.
Señaló el auditor Portal que “Del 2011 al 2013 están bailando 13 mil millones 456 mil pesos; para el 2014 fue de 14 mil millones pesos, mientras que de Importe de Procedimientos Resarcitorios suma los 3 mil millones 148 mil pesos. El monto de Denuncias Penales relacionadas con simulación de reintegros es de cuatro mil millones 770 mil pesos, haciendo un total de 35 mil millones 421 mil pesos. En el 2015 no están debidamente comprobados 15 mil 839 millones de pesos.”
En este proceso y en cumplimiento de la instrucción presidencial, la PGR Investiga y citó a algunos funcionarios y exfuncionarios del gobierno de Javier Duarte para que declaren en torno al desfalco del Gobierno del Estado de Veracruz, con base en las denuncias de la Auditoría Superior de la Federación, que suman más de 50 mil millones de pesos.
Es sabido que el presidente Peña Nieto no es afecto a los cambios y aunque algunos piden que Javier Duarte sea sacado del gobierno de Veracruz las señales enviadas hasta ahora dicen que será dejado a su suerte y no será rescatado de los procesos penales que autoridades y particulares mantienen en proceso. Va la pregunta ¿y si hubiera ganado las elecciones en Veracruz el pasado mes de junio, estaría en desgracia?