En respuesta al segundo intento de asesinato contra Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha solicitado formalmente al Congreso la asignación de más recursos para fortalecer al Servicio Secreto. Este segundo ataque, ocurrido mientras Trump jugaba golf en su club de West Palm Beach, Florida, ha resaltado las crecientes amenazas que enfrentan las figuras políticas de alto perfil en el país. Biden, en una conferencia desde la Casa Blanca, destacó la importancia de dotar al Servicio Secreto de más personal, recursos logísticos y tecnológicos para garantizar la seguridad en medio de un clima político cada vez más polarizado y violento.
El incidente más reciente involucra a Ryan Wesley Routh, un hombre de 58 años armado con un rifle AK-47, quien fue detenido tras ser visto por agentes del Servicio Secreto apuntando hacia Trump desde unos arbustos cercanos. Los agentes actuaron de manera rápida y efectiva, logrando que el hombre dejara caer el arma y huyera en un vehículo, aunque fue capturado poco después. Según las autoridades, Routh llevaba consigo dos mochilas, una mira telescópica y una cámara GoPro, lo que sugiere que el ataque estaba meticulosamente planeado.
Biden, al hablar del incidente, expresó su preocupación por la creciente frecuencia de estos ataques y subrayó la importancia de proporcionar al Servicio Secreto los recursos adecuados. “Es evidente que las amenazas contra nuestros líderes políticos están aumentando, y el Servicio Secreto necesita más ayuda para proteger no solo al presidente actual, sino también a los expresidentes y a los candidatos”, dijo Biden. “Debemos asegurarnos de que estén equipados con las mejores herramientas y el mejor personal disponible”, añadió.
Este incidente llega solo nueve semanas después de otro intento de asesinato contra Trump, ocurrido en julio durante un mitin en Butler, Pensilvania. En ese ataque, una bala rozó la oreja del expresidente y un asistente resultó muerto. Tras estos hechos, la presión sobre el Servicio Secreto ha aumentado significativamente, y figuras como Biden y otros líderes políticos han manifestado la necesidad de reforzar las medidas de seguridad.
El llamado de Biden al Congreso para aumentar los fondos asignados al Servicio Secreto ya ha comenzado a ganar tracción entre legisladores de ambos partidos. Colaboradores de los Comités de Asignaciones del Senado y la Cámara de Representantes han señalado que están revisando las solicitudes de la agencia, que incluyen más personal y mejoras tecnológicas. Además, altos funcionarios de la Cámara de Representantes están considerando la posibilidad de investigar más a fondo los recientes eventos para asegurarse de que las medidas de seguridad sean suficientes para evitar nuevos incidentes.
El Servicio Secreto, por su parte, está llevando a cabo una revisión interna para evaluar cómo se manejó el incidente del domingo y si existen áreas que necesiten ser fortalecidas. “Tenemos que tener éxito todos los días. No podemos permitirnos fallos”, comentó Ronald Rowe Jr., director en funciones del Servicio Secreto. Rowe ha reiterado la necesidad de contar con mayores recursos, argumentando que la creciente carga de trabajo y las crecientes amenazas requieren una fuerza de trabajo más numerosa y mejor equipada.
A medida que la campaña presidencial de 2024 avanza, los intentos de asesinato contra Donald Trump subrayan los riesgos inherentes a la seguridad de las figuras políticas de alto perfil en el contexto actual de Estados Unidos. El gobierno federal está decidido a garantizar la protección adecuada de todos los líderes nacionales, independientemente de su afiliación política, y el llamado de Biden para reforzar el Servicio Secreto refleja la urgencia de actuar en un entorno de amenazas cada vez más frecuentes y peligrosas.
