Guadalajara, Jal., a 1 de febrero de 2025. – En una tarde de emociones y retos en la plaza de toros “Nuevo Progreso”, el matador Juan Pablo Sánchez se erigió como el gran protagonista al cortar dos orejas y salir a hombros, consolidando así su nombre en la segunda corrida del serial. Mientras tanto, el sevillano Juan Ortega sumó un apéndice a su esportón, y Diego Silveti se retiró sin trofeos, pero con una actuación de entrega. La tarde, marcada por el juego deslucido del encierro de Pozo Hondo, exigió a los diestros esfuerzo y paciencia para extraer lo mejor de cada burel.

Faenas de entrega y temple
El festejo arrancó con “Colombiano”, un toro de 472 kilos, al que Juan Pablo Sánchez recibió con variedad capotera. Su faena se basó en el temple y el reposo, entendiendo la escasa fuerza del ejemplar. Con mano izquierda lo llevó con suavidad, sin exigirle, logrando naturales de gran estética. Ya por el derecho, su toreo maduro y pausado terminó por conquistar al público. Una estocada efectiva le valió la primera oreja de la tarde.
Diego Silveti se enfrentó a “Platero”, de 478 kilos, con el que intentó lucirse desde el saludo capotero. Pese a la poca transmisión del toro, el guanajuatense apostó por una faena a media altura, ayudando siempre en el viaje del astado. Con entrega absoluta, Silveti intentó extraer lo mejor del ejemplar, pero tras fallar con la espada, se retiró entre palmas.
A Juan Ortega le correspondió el tercero de la tarde, “Trianero”, de 515 kilos. Su toreo pausado y con cadencia brilló especialmente por el pitón derecho, donde hilvanó una faena de gran pureza. El sevillano brindó su actuación al maestro José Antonio Ramírez “El Capitán” y logró momentos de lucimiento, rematando su labor con una estocada suficiente para cortar una oreja.

Sánchez, entrega y recompensa
En su segundo turno, Juan Pablo Sánchez lidió a “Turrón”, un toro complicado y sin fondo. Pese a las dificultades, el hidrocálido mostró poder y oficio, entregándose en una faena valiente, metido entre los pitones, sin dar tregua al toro. Robando muletazos con enorme mérito, logró conectar con el público y, tras una certera estocada, obtuvo su segunda oreja, asegurando su salida a hombros.
El quinto del festejo, “Garambullo”, de 500 kilos, permitió a Diego Silveti ejecutar un vistoso quite, pero el toro, de escasa fuerza, se desfondó rápidamente. Silveti, con voluntad y determinación, intentó imponerse con la muleta, especialmente por el pitón derecho, pero la falta de transmisión del astado y un fallo con la espada le impidieron sumar trofeos.

Por su parte, Juan Ortega cerró la función con “Lunero”, de 492 kilos, un toro que perdió las manos desde el inicio de la faena, limitando cualquier posibilidad de lucimiento. A pesar de su esfuerzo, poco pudo hacer, y se retiró entre aplausos del público.
Silveti, en el adiós de Ponce
Tras su paso por San Miguel de Allende y Guadalajara, Diego Silveti se alista para su compromiso en la corrida de aniversario de la Plaza México este miércoles, un evento que marcará la despedida del maestro Enrique Ponce. La cita reviste un significado especial para la dinastía Silveti, pues hace 33 años, David Silveti, padre de Diego, fue testigo de la confirmación de alternativa del valenciano. Ahora, el menor de la estirpe estará presente en su emotivo adiós.
Una tarde de contrastes y emociones en Guadalajara, con un Juan Pablo Sánchez que reafirma su categoría y un cartel que dejó momentos de pureza y entrega, a pesar de la escasa colaboración del ganado.