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Jugar a la suerte… y a la fuerza

Pascal Beltrán del Rio
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Bitácora, por: Pascal Beltrán Del Río.

Faltan 11 días para que se lleve a cabo la no-rifa del avión presidencial y comienzan a aparecer signos de desesperación en el oficialismo por la baja venta de boletos del sorteo, organizado por la Lotería Nacional para la Asistencia Pública (Lotenal).

El presidente Andrés Manuel López Obrador, a quien se le ocurrió realizar el sorteo –no del avión, pues no se puede, sino de un monto de 2 mil millones de pesos, que supuestamente equivale al valor de la aeronave– ha apelado a la ciudadanía para que adquiera boletos, que tienen un costo de 500 pesos. Incluso se ha habilitado a soldados del Ejército para venderlos.

La presión tiene que ver con que se tendrían que vender cuando menos 4.2 millones de los 6 millones de boletos para salir a mano, pues se pretende entregar cien premios de 20 millones de pesos cada uno. Hace tres semanas, la venta era de apenas 33% de acuerdo con el director de Lotenal, Ernesto Prieto. El 12 de agosto se anunció que los boletos que no se vendan serán entregados al Instituto de Salud para el Bienestar (Insabi) para que, en caso de salir sorteados esos números, los premios se queden allí.

La oferta se ha topado con problemas. Primero, que los boletos resultan muy caros. Para 95% de los trabajadores mexicanos, 500 pesos representan, cuando menos, un día de salario. Además, las posibilidades de ganar (1 en 60 mil) son mucho más bajas que en un sorteo regular de la Lotenal, y es 20 veces más probable ser alcanzado por un rayo. Por si fuera poco, el confinamiento comenzó apenas dos semanas después del inicio de la venta de los cachitos.

En fechas recientes, legisladores y funcionarios afiliados a Morena han metido el hombro para comprar boletos. Algunos lo han hecho voluntariamente, pero han comenzado a surgir denuncias de que se ha vuelto algo forzoso.

Es el caso del Gobierno de la Ciudad de México, donde los oficiales mayores de las diferentes dependencias se han comunicado con los directores generales para decirles que tienen que comprar dos boletos cada uno y que deben instruir a sus subalternos –de director de área a jefe de departamento– a que compren uno. Con la indicación se proporcionó un número de cuenta de Banorte (015671181) para que allí se deposite el dinero, agregando una clave. Ayer se pudo comprobar que dicha “cuenta puente” tiene registrado como titular a “R06 HHQ SHCP LOTENAL”.

Una cosa es que las personas adquieran voluntariamente boletos para apoyar una causa en la que creen y otra que se les obligue a hacerlo, quitándoles un día o más de salario. Eso se llama extorsión. Y es delito.

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