El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, culminó su gestión con un evento simbólico y festivo en la embajada estadounidense en Ciudad de México. Durante la reunión, compartió momentos con periodistas, disfrutó de una tradicional rosca de Reyes y organizó una rifa de sombreros vaqueros, su distintivo personal a lo largo de su estancia en el país.
En su mensaje de despedida, Salazar destacó la importancia de preservar la cooperación y el diálogo entre ambas naciones, especialmente en temas prioritarios como la migración y el combate al tráfico de fentanilo. Reconoció los retos que se avecinan con la próxima administración estadounidense, liderada por Donald Trump, la cual podría implementar políticas migratorias más estrictas, incluyendo deportaciones masivas. A pesar de ello, abogó por soluciones integrales que enfrenten las causas profundas de la migración en los países de origen y promuevan vías legales y seguras para quienes buscan nuevas oportunidades.

Respecto a la problemática del fentanilo, que ha tensado las relaciones entre ambos países, Salazar adoptó un enfoque conciliador. Reconoció que el narcótico se produce en México, pero subrayó que el debate no debe centrarse únicamente en ese aspecto. Hizo un llamado a una colaboración estrecha y conjunta para combatir este problema que afecta gravemente la salud pública en ambos lados de la frontera.
Uno de los temas más sensibles que marcó su gestión fue la captura de Ismael “El Mayo” Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, y su posterior traslado a Estados Unidos. El gobierno mexicano solicitó detalles sobre las circunstancias de esta operación, pero Salazar evitó profundizar en los aspectos legales. Aseguró, sin embargo, que las acciones contra los principales líderes del narcotráfico continúan y expresó su confianza en que más delincuentes de este calibre sean llevados ante la justicia.
En el marco de su optimismo sobre el futuro de México, Salazar resaltó su confianza en las capacidades de la presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y en el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch. Destacó que las relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos se sostienen en una base sólida, gracias al trabajo continuo del personal de carrera en ambas naciones, lo que asegura estabilidad y cooperación a pesar de los cambios en los gobiernos.

El evento finalizó con la rifa de varios sombreros vaqueros, algunos dedicados personalmente por Salazar y que lo acompañaron durante sus visitas a los 32 estados de México. Este gesto reflejó su cariño y respeto por la cultura mexicana, así como su deseo de fortalecer los lazos de amistad entre ambas naciones.
Ken Salazar, con su característico estilo cercano y su inseparable sombrero, regresa a su rancho en el valle de San Luis, Colorado, tras una gestión marcada por su compromiso con temas cruciales como seguridad, migración y comercio. Su salida coincide con un periodo de transición política en Estados Unidos, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de la relación bilateral. Sin embargo, Salazar expresó su esperanza de que México y Estados Unidos continúen trabajando juntos, enfrentando los desafíos compartidos y consolidando una relación basada en el entendimiento y la colaboración mutua.