Se marchaba el padrino a torear y ella anhelaba regalarle algo. Algo que pudiera llevar siempre a su vera.. y que le diera suerte! Ella era una niña pequeña, acababa de cumplir nueve años, no disponía de mucho dinero…
…pero sí disponía de cosas de mayor valor que el dinero: tenía una imaginación asombrosa y un cariño para ofrecer inmenso. Pensó durante toda la tarde… y se despertó en la noche tras haber soñado con la solución correcta!
El padrino era torero! Se iba a Perú a torear.. Y ella era aficionada, muy buena aficionada. Le regalaría arena. La arena de la playa que tanto le gustaba para que le acompañara en la arena de las plazas…
Por la mañana la cogió en la cala de abajo de casa y la introdujo en una preciosa botella que ella misma decoró!
Lo más hermoso del regalo es el hecho de regalar, dedicado a la gente detallista
A los toreros que torean hoy. En especial a mi mago..
A Perú y a mi amiga Magaly
A Joaquín Galdós, torero peruano, y a Miguel Ángel Silva, torero en Perú
A Luis
A Lourdes
A las arenas de las playas y de las plazas