Iba la Bohemia caminando por la calle, con su cortejo de flores y en la mano una cesta llena de verdad y de sentimientos, y se encontró, de forma totalmente casual, con el Interés. Y le dijo el Interés que se tomaran algo juntos, que había allí cerca de la plaza un bar que era muy mono y que, si convidaba ella que él o se había olvidado la cartera o no la tenía o no la quería sacar del bolsillo, podían tomarse unas copas de ron con hierbabuena estupendas…
Y la Bohemia, que andaba como si estuviera danzando sobre hielo y que vestía unas prendas tan originales como extrañas que le sentaban incluso demasiado bien, le dijo que por favor no molestara… Estaba escuchando una canción muy bonita de ese grande del flamenco que es Lin Cortés. Y que tenía prisa que todavía le faltaba camino por recorrer. Que, como suponía que el Interés sabría, caminante no hay camino, se hace camino al andar…
Y se marchó la Bohemia, contenta, sin demorarse. Toreaba en las marismas Morante de la Puebla… Para allá iba…
Dedicado a la bohemia
Al interés no!
A mi Luis
A Morante y a morantistas de ley!
A Sevilla
A genios
A las personas con sensibilidad
