Los británicos apenas han tenido tregua entre la tormenta Ciara y la borrasca Dennis. Fuertes lluvias y vientos huracanados de hasta 150 kilómetros por hora han azotado este domingo especialmente a la región de Gales y al sureste de Inglaterra. El Ejército se ha desplegado en la zona para colaborar en la construcción de barreras y centenares de residencias han sido evacuadas. Al menos tres personas han muerto. Las olas que han azotado la costa han alcanzado los 30 metros de altura. Además, miles de pasajeros se han visto afectados por la cancelación de vuelos, y en partes del país se ha suspendido el tráfico de ferrocarril y ha habido amplios cortes del suministro eléctrico.
Dennis se ha cobrado ya tres vidas tras causar graves inundaciones. El último fallecido es un hombre de unos 60 años que cayó al río Tawe, en Ystradgynlais (Gales), en la mañana de este domingo. Los servicios de emergencia lograron rescatar al hombre poco después, pero pese a los esfuerzos de los sanitarios fue declarado muerto en el lugar de los hechos, según ha informado la policía. Dos cuerpos más han sido recuperados del mar en Margate y Herne, en el sureste de Inglaterra, y otra persona continúa desaparecida. En concreto, la policía busca a una joven de unos 20 años en Brighton, en el sur de Inglaterra, a la que se vio entrar en el agua en la madrugada de este domingo.
La Agencia Meteorológica del Reino Unido ha emitido casi 600 alertas de graves inundaciones, una cifra histórica. Al menos cuatro localidades, dos en Inglaterra y dos en el sur de Gales, han sufrido serios desbordamientos de los ríos colindantes. También ha causado la borrasca la cancelación de cientos de vuelos, según anunciaron las compañías British Airways y Easyjet.
El Instituto Meteorológico británico (MET) ha decretado para el sur de Gales un aviso de alerta roja, el nivel más elevado, debido a las fuertes lluvias que ha traído Dennis. Este nivel de emergencia equivale a “condiciones meteorológicas peligrosas” que generan un “riesgo de muerte”. También implica que existe peligro para el suministro de energía y posibles daños en las infraestructuras.
En el sur de Gales cayeron 132,8 metros cuadrados de lluvia entre el sábado por la mañana y el domingo por la mañana, el equivalente de un mes de precipitaciones en este período en la región, según el MET. Las autoridades han ordenado evacuaciones en varias localidades, entre ellas el municipio galés de Skenfrith, que pertenece al condado de Gwent. En la frontera entre Escocia e Inglaterra, la Agencia Escocesa de protección del Medio Ambiente (SEPA) ha pedido a los habitantes que abandonen sus viviendas.