Especial / La Revista
A
raíz de su cuarto informe de Gobierno, el señor Mauricio Vila
titular del Poder Ejecutivo de Yucatán, realizó una ronda de medios local que
eligió a dos estaciones de radio porque a él en lo personal no le gusta tratar
con la prensa yucateca, y luego se siguió de largo con un viaje a la Ciudad de
México donde estuvo en las cabinas de las más importantes estaciones de radio y
de TV capitalinas, así como con los locutores estrella de varios medios.
También recorrió las redacciones de los periódicos que suelen vender páginas de
publicidad a los políticos. Ya luego vendrán los reproches cuando aparezcan las
facturas de gastos tan elevadas. A ver si las muestran en pleno proceso
electoral.
Fue
una pasarela política y no solo el 4º informe de gobierno de Mauricio Vila que
puso al descubierto las filias y fobias que —vaya que las tiene el hombre de la
61- desde el extenso enrejado que cercó 4 ó 5 cuadras a la redonda el Centro
Internacional de Congresos (CIC) hasta los drones y perros olfateadores de
explosivos, pasando por cámaras portátiles de la SSP y una central de mando en
un camión especialmente diseñado, fueron dispuestos para garantizar que no se
repita ningún incidente o protesta contra el festejado delante de sus
invitados.
Resulta
que se temía una fuerte manifestación contra el gobernador
pero resultó ser solo una protesta de apenas una docena de jubilados que
movilizó a más de 2,000 policías en un perímetro nunca antes cercado como ahora
en la llamada zona hotelera de Mérida.
Turistas atrapados, que no podían entrar y otros que
no podían salir, trabajadores de hoteles que llegaron tarde, empleados que
debieron dar inmensos rodeos por tantas calles cerradas, y todo porque nadie
pudo saber que la anunciada protesta del “grupo hormiga” fue desactivada ya que
se volvió un pequeño plantón de veteranos portando cartulinas con mensajes
contra Vila. Ellos se alcanzaron a reunir en la calle 60 cerca de la 35 a la
altura de donde un policía tuvo la ocurrencia de soltar una granada de gas
lacrimógeno mientras el gobernador rendía su primer informe.
Así las cosas, la inconformidad pasó inadvertida y fue
posible seguirla vía sendas transmisiones en vivo en facebook de dos medios de
comunicación que no se llevan para nada con el señor Vila. Tampoco ellos.
Muy
comentada la asignación de asientos en el CIC donde se realizó
el 4º Informe porque en algunos casos hubo gente que fue sentada con mucha saña
justo al lado de algún enemigo político o contraparte lo cual evidencia un
claro error político o tal vez un aviso de lo que es capaz de hacer el
anfitrión a la hora de aliarse con tirios y troyanos.
Los
ex alcaldes panistas de Mérida Ana Rosa Payán y César Bojórquez resultaron
afectados en la presentación de personalidades en el evento
estrella del gobernador, debido a que el señor Vila obvió sus nombres al
agradecer su presencia “la de todos los ex alcaldes del estado”. Parece que los
brincaron para no tener que mencionar a la ex alcaldesa Angélica Araujo y evitar
así una posible reacción negativa de los presentes.
Por cierto no asistieron ni Patricio Patrón, ni Manuel
Fuentes ni Xavier Abreu ni Luis Correa Mena estos últimos empleados del
gobernador y del alcalde Meridano, respectivamente.
A
24 horas del informe se arrancó una encuesta casa por casa
en Mérida sobre la popularidad del señor Vila. Al terminar les colocan una lona
con la imagen del gobernador con la leyenda “cambio que se ve y se siente”. No
es campaña anticipada.
No
contento con estar en los noticieros más importantes,
el equipo de publicidad y sus asesores capitalinos así como estrategas en
comunicación política, lo sentaron con Galilea Montijo para que emule a Ivonne
Ortega quien invirtió muchos millones de los impuestos para posicionar su imagen
en el plano nacional usando el programa Hoy de Televisa. Aquella cosechó
grandes, enormes críticas de la entonces oposición que suponemos hoy estarán
calladas como momias.
Por
cierto en la charla con la conductora estelar de menos de 5 minutos (con
lo que cuesta) dedicó el 90% del tiempo para hablar de que él se pone mezclilla
y botas cuando va a Tizimin, que le gustan los perros y no los gatos (aunque
creemos que tiene muchos) y que además fue jugador de fútbol seleccionado en su
juventud. Antes se describió como tiktokero para llevar su mensaje a los
jóvenes pero para hablar del estado, y al final, ya no le alcanzó mucho el
tiempo para hablar de sus logros.
A estas alturas, llevamos más tiempo hablando de los
invitados que de lo que hizo el gobernador.
Noroña
tiene una capacidad para mentir, tanto que sus propias
mentiras ya hicieron mella en una parte de los electores, quienes incluso lo
ven casi seguro como alguien que debe “relevar al compañero presidente” porque
es el único que podría tratar peor a los adversarios. Es decir, sus fanáticos
lo quieren porque se porta peor que el señor López Obrador y eso les agrada.
Pues resulta que el famoso Noroña está con un pie
fuera del Partido del Trabajo debido al caso Coahuila donde el ex subsecretario
de Seguridad Pública Mejía Berdejo fue arropado por ese partido que lo postuló
como su candidato a gobernador causando una enorme división entre Morena y su
abanderado el famoso senador Guadiana calificado de “corruptazo” por su
oponente.
Apenas esta semana que terminó Noroña montó en cólera
en su red social favorita: YouTube, donde decenas de personas le reclamaban
deslindarse del PT, apoyar a Guadiana y
no a Mejía en Cohuila. Se peleó con quienes le ponen comentarios a tal grado
que al final el diputado aún petista mejor apagó su vídeo charla.
Siguen
lanzando encuestas empujadas —dicen— desde el Palacio
de Gobierno que posicionan al alcalde de Progreso, a la gubernatura del estado
como si fuera una orden para hacerlo crecer. A ver si le alcanza, o más bien a
ver si eso produce algo a favor.
