Especial / La Revista
El
hackeo a los archivos confidenciales de la Secretaría de la Defensa Nacional
que los morenistas le atribuyen a expertos de EEUU (denominados Guacamayas), no
es ninguna novedad ya que, según parece habrían entrado a leerlos y copiarlos
otras agencias de espionaje, quizá carteles de narcos, criminales y otros
interesados de países cercanos.
Las notas están dando la vuelta al mundo: se
desmenuzan los correos electrónicos, se relatan desde crímenes y casos
desconocidos de bandas criminales, hasta compras millonarias superfluas, gastos
absurdos en regalos, pasando por revelaciones de vínculos de delincuentes con
el gobierno del propio presidente. ¿Y él? Solo alcanza a decir que no sabe
nada.
Mientras millones de datos sobre los trapos sucios de
los militares se exhiben por todo el mundo, parece mentira que el peje se
saliera con la suya, con la ayuda de senadores priístas y dos perredistas,
justo precisamente cuando el Ejército Mexicano está totalmente cuestionado como
una institución llena de delincuentes, cundida de violadores, bandidos, de
generales corruptos que se “gastan” millonadas en regalos así como en brindar
servicios y atenciones al presidente y a su familia. ¿Por eso votaron a favor la Mocita, Pacito y el gordito Marín?
En particular llama la atención que pese a que
provienen de un estado que no necesita de la vigilancia del Ejército en las
calles, se alíen por cuidar su futuro político. El senador Ramírez Marín corrió
con muy mala suerte intentando justificarse sobre el sentido de su voto porque
de inmediato se volcó a salir en algunos medios locales para dar explicaciones
sobre su deplorable actitud en favor de los soldados o más bien de pleno apoyo
al presidente. Sin duda no se podrá confiar en él. Si es que alguien lo hacía,
claro.
Así que por razones obvias le “llovió” en los medios
al senador priista-cuasi verde-morenista Ramírez Marín, por haberse “doblado” y
por votar a favor del capricho presidencial de mantener a los soldados en las
calles hasta 2028. Literal, al prócer le dieron duro y lo atacaron fuerte en
varios medios. Le hicieron memes y hasta le reclamaron airadamente algunos
usuarios en redes sociales.
Entre
los que le reclamaron al “doblado Marín” estuvo la ex presidenta municipal Ana
Rosa Payán, quien lamentó que Yucatán ya no tenga senadores de
oposición:
“Yucatecos: Con la triste realidad que ya no tenemos
senadores de oposición. De tres senadores que teníamos ya no nos queda ninguno:
Verónica Camino, Raúl Paz y Jorge Carlos Ramírez, están con el partido
oficial. Es cuanto.
Y enseguida uno de los aludidos le reviró: “Estimada
Ana Rosa, afortunadamente, no estoy en la posición en la que tú estuviste años
atrás. Por favor, no le mientas a los yucatecos. Siempre he sido una persona
creyente en la construcción de acuerdos y más si benefician a Yucatán. Mi voto
es libre y no depende de un partido.”
Algunos
tuiteros mandaron agresivos mensajes al nuevo amigo de AMLO que
pueden leerse en esa red (omitimos nombres de los autores) como los siguientes:
“Votará por la iniciativa de Amlo, le quebraron las
manitas por sus pendientes en Sedatu, que vergüenza. Se irá al PVEM en busca de
ser candidato a Gobernador. Era bola cantada, coopelas o bote”.
“La cobardía que muestra el gordo es tan grande como
el precio por el que se vendió. Qué dirá su madrina @Beatrizparedes ?”
“Y a ver si no terminan tumbando al @INEMexico, que
creo que sería peor que esto que aprobaron hoy, ya no habría un solo contrapeso
en nuestra endeble democracia, saludos contadora”
“Pobre Yucatán pobre país en manos de vendidos
traidores. Les llegaron al precio”
“Se venden para evitar que les investiguen sus
fortunas y negocios mal hábidos. Quieren INMUNIDAD E IMPUNIDAD”
“Ni siquiera creo que haya sido por dinero. Creo que
les sacaron su carpeta. Escuché ayer la entrevista que le hizo Azucena Uresti a
@jc_ramirezmarin tratando de argumentar que los mecanismos de rendición de
cuentas funcionarán (todos sabemos que no). Tristísimo. Día infame”
Otro que se atendió al gordito Marin fue el alcalde
Renán Barrera quien igualmente deploró la actitud de los senadores que antes
eran de oposición, al apoyar que el Ejército se haga cargo de tareas de
vigilancia en las calles, por la vía de primero quitarle los recursos a los
estados y municipios y luego imponer por razones de inseguridad, la presencia
de los militares. Acción premeditada.
Por cierto, bien alineados desde antes ya estaban
Miguel Mancera, Manuel Añorve, Raúl Paz y Ramírez Marín, desde febrero pasado
cuando se les vio muy juntos en la presentación del libro de Ricardo Monreal en
el club Libanés de Mérida. Por cierto, Añorve aparece con un narco en una
fotografía, lo niega y listo. No pasa nada.
De
nada sirve que los soldados estén en las calles en el papel,
así sea la Constitución, porque en los hechos, la verdad, no están nunca para
proteger a la gente, sino que se la pasan talando árboles, rellenando cenotes,
transportando peones en la selva o en el monte, abriendo brechas para que pase
el tren maya… construyendo oficinitas para el banco del presidente, etcétera.
Así que repetimos, de nada sirve que los diputados y
los senadores se arrodillen ante el presidente y le regalen su voto, si en los
hechos esos uniformados no hacen su labor de combatir a la delincuencia.
Las
matanzas y masacres de civiles no solo siguen en los estados donde gobierna
Morena, sino que van en aumento sin que el pueblo bueno y
sabio deje de aplaudir.
Guerrero, Zacatecas y Veracruz ponen muchos muertos
todos los días, no se detiene a una sola persona, y la popularidad del
presidente crece, crece y crece.
Todo mundo calladito. Para que vean que entre los
fanáticos del peje solo importan los muertos si son del PAN. ¿Verdad Salgado
Macedonio? , ¿verdad Monreal?, ¿verdad Cuitláhuac?
Algo
se logró con el voto del senador yucateco por mayoría:
destetarlo al fin de sus progenitoras y madrinas políticas: Dulce María Sauri y
Beatriz Paredes que seguramente vieron con asombro cómo su pupilo más aventajado,
al fin, se pasó del lado oscuro o más bien de Morena. Es un hecho histórico que
el licenciado Ramírez al fin, definió su ruta apoyando al presidente. Él, por
supuesto, le ve un gran futuro a su —ya sospechada— decisión de aliarse con
Morena en tanto que sus amigos no terminan de adivinar cuál será el destino del
yucateco que más votos obtuvo alguna vez… y ahora —finalmente— tuvo que irse
“pal otro lado”.
