Por Jacob Rodríguez Calderón
Maestro en Finanzas.
Estimado lector, llevo una semana dándole vueltas a la cabeza y sigo sin comprender cómo se llegó a cancelar el Aeropuerto de Texcoco. En el plano político y social puedo ver el contexto de la decisión, pero de ninguna manera y en ningún contexto económico entiendo la irresponsabilidad en la que incurrió el futuro gobierno de AMLO. Es técnicamente un DISPARO EN EL PIE, lo quieran disfrazar de la forma en la que quieran, con pláticas, relaciones públicas o sonrisas ante los medios, lo vuelvo a repetir, ES UN DISPARO EN EL PIE.
Los mercados financieros son completamente fríos y sin moral, no se casan con una moneda o gobierno, se emparejan con sus intereses económicos y a pesar de que ciertamente se pueden renegociar los contratos, el daño ya está hecho, se puso en duda el respeto a las obligaciones contraídas del gobierno por lo que cualquier instrumento de deuda que en un futuro emita el gobierno mexicano vendrá acompañado de este precedente histórico.
México es un país en desarrollo, como característica de estos países le cuesta fondear deuda y conseguirla de forma competitiva en el mercado abierto en comparación a países como Alemania y EUA. Por lo tanto este hecho provocará que en el futuro sea más complicado y más caro fondear proyectos gubernamentales. HR Ratings ya cambio la perspectiva de México de estable a negativa con lo cual HR Ratings ya está observando un riesgo mayor en la deuda mexicana y poniendo en duda su capacidad de pago.
Aunado a esto, como mencioné a detalle en un artículo previo, el país históricamente presenta una desaceleración en el primer trimestre a consecuencia del cambio de gobierno, a este fenómeno se le conoce popularmente como “crisis sexenal”. Pues estimado lector con el panorama desfavorable que tenemos en el primer trimestre del 2019, que viene en el contexto de los incrementos de la tasa de interés de la FED y afecta directamente nuestra tasa de interés en México, el cambio de proveedores gubernamentales y la deuda pública que es muy elevada, le sugiero que vaya tomando sus precauciones porque va a venir fuerte el 2019.
Quedamos a la espera de ver cómo maniobra el gobierno de AMLO ante esta realidad que vamos a enfrentar. El próximo año la tasa de crecimiento difícilmente llegará al 2%, sería un verdadero milagro que se logre esta hazaña y habrá el gobierno de trabajar en el contexto de una desaceleración económica en el 2019, que no ha sido fruto de la mala suerte sino de una irresponsabilidad del gobierno, en resumidas cuentas un auténtico disparo al pie.
