Por: Cristina Padín
La ceguera al fin pudo ver. Qué ciega estuvo la ceguera. Y
qué nítido se veía todo! Confió en aquella persona. Le entregó todo. Hasta su
alma. Cuando tuvo un problema y necesitó una mano la persona se escondió. Y ya
le ha dicho la sordera que eso pasa mucho.
Personas huecas. Únicamente envoltorio.
El vestido y sus volantes llevaban el duende de la joven
artista que lo había creado.. tan blanco y lleno de esencia. Iba a vestir a una
mujer que era de ley. De verdad. Y guapa. Una mujer con valores, principios,
que sabía hacer y hacía.
Santa Lucía en el cielo conoció a la abuela del hombre que
siempre era valiente. El que usaba las palabras sensatas. También pudo conocer
a la abuela de la chica que escribía el cuento. Las tres, las dos abuelas y
santa Lucía, enviaron luz a los corazones..
Personas que importan. Aportan.
La luz estaba feliz. Faltaba mucho para la bella primavera..
pero ya se anunciaba en la esquina. Y sin una esquina rota. Con sus esquinas
azules. La primavera es azul. Y eran tiempos oscuros que ya caminaban a la
claridad, tan bonita.
La claridad es como una faena torera. Pura. Y permite ver lo
que no aporta. Es oscuro.
Al 13 de diciembre.. adoro esta fecha porque adoro la luz
A santa Lucía y a cada Lucía
A la ceguera y a la verdad.. es muy útil ver la verdad
A Luis
A las tardes largas
F, JC, I, S
A las personas con arte que crean cosas. Por ejemplo mi
hermana. Y mis M y E
A los vestidos
A Grethel
A valientes
A mi amada abuela
Y a las abuelas