Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
¡Ah! Cómo me acuerdo de la palabra investigación, aquella que coloca a los países en la cima del mundo.
A lo largo de mi paso por una de las 10 universidades públicas estatales más importantes del país escuché una y otra vez, mejor dicho cientos de veces, la importancia de invertir en ciencia y en tecnología.
Escuché a decenas o tal vez centenas de académicos e investigadores -muchos de ellos ya difuntos- decir y decir, una y otra vez que el desarrollo de una nación se basa en lo que se invierte para la generación de su propio conocimiento, su propia tecnología. Pero observé, sexenio tras sexenio, que estos dos campos son la prioridad para sacar adelante a nuestra ciudad, estado y país. La realidad ha sido siempre que los recursos son limitados para estas áreas al grado de preguntarme hoy ¿cuánto del Producto Interno Bruto se destina hoy a la ciencia y a la tecnología en México? ¡Cuánto! No sé… ya ni ese dato circula.
Lo último que supe es que para que una nación sea considerada avanzada debe destinar cuando menos el 3 por ciento de su PIB para formar investigadores en ciencias básicas y aplicadas y para desarrollar su propia ciencia básica y aplicada.
Pero ¿cómo estamos? ¿dónde estamos? ¿Y el CONACYT? ¿Alguien sabe de él? Acaso su directora ya salió a decir que nuestros investigadores están trabajando en la creación de una vacuna contra el COVID-19 ó estamos basando toda la sabiduría en el hecho de resguardarnos, de ponemos en cuarentena para aislar y “matar” al virus y así evitar su propagación… me pregunto.
En todo México hay centros de investigaciones con años y años de trabajo, ¿dónde están?
Cuando en China comenzaron a caer decenas, centenas y miles de personas ¿que se dijo en México? Hoy qué cantidad de recursos se canalizan a estos centros, dónde están los resultados de las decenas de investigaciones que tienen años realizándose.
Conozco a muchos investigadores prestigiados nacional e internacionalmente pero si mañana quisiera entrevistarlos necesitaría primero hacer un formulario de preguntas para saber si ese diálogo puede o no llevarse a cabo. ¿Qué no la ciencia tiene como principio su natural divulgación?
O tiene que estar en los cajones de los escritorios bien guardados hasta que a alguien se le ocurra preguntar o pedirlos. ¿Saben? Creo que los mexicanos tenemos el gobierno que merecemos. ¡DÓNDE ESTÁ LA INVESTIGACIÓN REALIZADA POR LOS EXPERTOS MEXICANOS!
O acaso los mejores de ellos hoy trabajan para agencias, universidades y laboratorios de Estados Unidos, Alemania, Francia, China, Corea o Rusia. Digo esto porque me duele ver a un país que teniendo recursos humanos y laboratorios tengamos que esperar a que un Donald Trump, un Xi Jimping, un Emmanuel Macron o un Vladimir Putin nos digan: “hey… mexicanos, aquí está la vacuna que necesitan”.