La organización de la Copa Mundial de Fútbol de 2026 en México —junto con Estados Unidos y Canadá— representa una oportunidad económica significativa para el país, de acuerdo con estimaciones recientes de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (Concanaco Servytur). La confederación proyecta que el torneo generará un impacto económico de hasta 65 000 millones de pesos en México durante su realización en 2026.
Este monto refleja la derrama estimada que se espera provenga de diversas actividades vinculadas con el Mundial, especialmente el turismo, el comercio y los servicios asociados a un evento de gran magnitud internacional. Las estimaciones de Concanaco Servytur contemplan que, solo por concepto de turismo, se podría captar una parte importante de esa derrama económica en las tres sedes mexicanas: la Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey, con montos proyectados de 34 560 millones de pesos, 11 320 millones de pesos y 14 118 millones de pesos, respectivamente. Además, se anticipa la creación de más de 12 000 empleos temporales en estas ciudades.
El presidente de Concanaco Servytur, Octavio de la Torre de Stéffano, ha destacado la importancia de coordinar esfuerzos entre los sectores público y privado para asegurar que los beneficios económicos se distribuyan de manera amplia y ordenada. Para ello, el organismo empresarial ha anunciado la creación de una Mesa Nacional que coordinará acciones entre cámaras empresariales, autoridades y empresas con el objetivo de maximizar los efectos positivos del Mundial 2026 en comunidades, comercios y negocios formales más allá de los estadios.
La proyección de una derrama de 65 000 millones de pesos se enmarca en un evento histórico para México, que se convertirá en el primer país en albergar tres Copas del Mundo. Asimismo, este impacto económico se suma a las expectativas de atracción de visitantes nacionales e internacionales que fortalecerán sectores como la hotelería, la gastronomía y el transporte en las ciudades anfitrionas.
En suma, la organización de la Copa Mundial 2026 representa para México una oportunidad relevante no solo para posicionarse en el ámbito deportivo internacional, sino también para generar un impulso económico considerable que podría beneficiar a diversos sectores productivos y fomentar la creación de empleo en las regiones anfitrionas.


