La encrucijada del Gobernador

Al alba, comenzará el recuento de los votos, que al final sólo confirmarán lo ya anunciando. El gobernador Rolando Zapata Bello se encuentra en una encrucijada: mientras un grupo de priistas conspira en su contra ante su ambiguo mensaje de la víspera, otro intenta arrinconarlo para lo imposible. Sin embargo, entre esos caminos hay uno que se plantea claro y preciso, aunque las circunstancias lo escondan, aunque las estridencias lo intente acallar, y tomarlo sería el final lógico del camino que emprendió en el inicio de su administración. Zapata Bello no perdió esta elección. Si, en cambio, perdió el PRI, perdió Sahuí y su grupo, encabezado por el lacerante recuerdo de Ivonne Ortega Pacheco; y ganó Mauricio Vila. Sin duda alguna. Si toma esta ruta, puede todavía el mandatario Zapata pasar a la historia como uno de los gobernadores mejor evaluados de Yucatán, y cosechar así los frutos de estos seis años sin sobresaltos y de logros económicos. En cambio, si el gobernador opta por recurrir a las prácticas por las que el más casposo PRI ha sido desterrado del gobierno no sólo dilapidará sus logros sino que se unirá a esa corte a cuyo paso murmuran los ciudadanos y la apuntan como la lepra de la corrupción; una ignominia no sólo para él, sino también para su estirpe. Zapata Bello está ante la disyuntiva de concluir su administración con honor o pasar a ser parte de la galería del ridículo de muchos de sus antecesores. Y en estos momentos está en la incertidumbre del futuro, que es en unos instantes. Voces desesperadas le dicen, le suplican que haga hasta lo imposible, hasta lo ilegal, no para que él alcance lo que siempre quiso, sino para que ellos continúen; voces egoístas, que sólo velan por sus intereses y lo ven a él como un medio para alcanzar su fin; como un títere de sus propios intereses mezquinos y particulares, que se angustian con el presente sin valorar el pasado. Otras voces, de gargantas ya cansadas de tanto gritar, le sugieren que cierre con broche de oro y que pase a la historia como el cimiento demócrata de la generación que viene. Entre esas voces estoy yo. Y la de miles de yucatecos, estoy seguro. Están las actas. Y se lo decimos con respeto, pero fuerte y claro, como la de la conciencia: Gobernador, reconozca el triunfo de Mauricio Vila.