Érase una vez.. un hombre que pintaba los más hermosos cuadros que se puedan imaginar.. Se trataba de un artista, también cantaba bien, la guitarra no se le daba mal, se ponía con arte delante de los toros… Un tipo bohemio con alma y esencia…
En la aldea todos estaban maravillados con los cuadros… los ríos de los paisajes parecían oler a agua fresca de tanta fidelidad que poseían, el caballo le quedaba estupendamente, plasmó unas bailadoras en danza y se dirían vivas! Los pinceles y aquel hombre era un todo único…
Una tarde estaba rematando una escena muy linda que pensaba regalar a la escuela infantil. Y se acercó a él el vecino más gruñón del lugar. Todo le parecía mal, nada resultaba nunca de su gusto… Y le habló con palabras ásperas, y le retó a pintar algo que a él le agradara…
Días más tarde el artista le entregó el cuadro… estaba completamente en negro, era puro negro… Había escuchado los consejos de la joven maestra: la envidia no tiene luz, es negra!
Dedicado a las personas que no son envidiosas
Dedicado a mi hermana, la persona que más quiero en el mundo, que pinta cuadros divinos
Dedicado a Humberto Parra, pintor que admiro
Dedicado a mi Luisito, pura luz
A mis mexicanos del corazón Patricia, Jerónimo y mis Casilda y Joaquín
Dedicado a mi mago, cuando se es tan único es posible levantar envidia
Dedicado al color negro, me encanta
Y al blanco, me encanta más