En la Pantalla, por: David Moreno.
A finales de 1938, vientos de guerra soplaban sobre la campiña inglesa. Los habitantes de la Isla se preparaban para la inevitable confrontación con Alemania. Todas las esferas tanto sociales como políticas se alistaban para la que terminaría siendo una guerra cruenta y despiadada. En medio de ese clima, en una pequeña localidad cercana a Ipswich llamada Sutton Hoo, Edith Pietty, una viuda acaudalada, llama a un experimentado excavador de sitios arqueológicos llamado Basil Brown para que trabaje en unos montículos ubicados dentro de sus propiedades y que aparentan enterrar vestigios arqueológicos. A la postre la excavación arrojaría uno de los descubrimientos patrimoniales e históricos más importantes de la Gran Bretaña: la tumba altomedieval más rica de Europa y con su desentierro una trascendente explicación de quienes fueron los primeros habitantes de Inglaterra.
Esta historia es dramatizada con una gran sensibilidad en “La Excavación” (The Dig), un filme dirigido por Simon Stone y protagonizado por Ralph Fiennes y Carey Mulligan. Tomando como origen a la historial real, Stone va a construir una hermosa película en la que ahondará en dos personajes que se encuentran en un momento importante y complicado para su país, para el mundo y por supuesto para ellos mismos. Dos personajes que tienen como objetivo el trascender, aunque lo harán por caminos diferentes. Brown es un arqueólogo aficionado cuya experiencia en las excavaciones lo han llevado por diversos caminos. Ha participado y liderado importantes trabajos, pero siempre ha tenido que lidiar con el desprecio que por él despiden sus colegas por su falta de preparación académica, por lo que busca incesantemente descubrir algo que lo coloque al nivel de quienes le miran por encima del hombro. Por su parte Edith Pietty ha perdido al amor de su vida, se enfrenta a una difícil situación personal la cual puede afectar a su querido y pequeño hijo, por lo que su misión es asegurar que éste no solamente adquiera la experiencia que le permita enfrentar la situación por la que el país está por atravesar sin también tener lo necesario en términos materiales y emocionales por si ella llegara a faltar. Las necesidades de ambos personajes crearán una relación coyuntural pero profunda en las que uno se convertirá en un complemento del otro teniendo, se defenderán, apoyarán y respetarán para poder llevar a buen término la empresa que ambos han iniciado.
Stone será muy incisivo en mostrar la complicidad entre Brown y Betty, al mismo tiempo que no olvida la importancia del contexto tanto natural como social en el que se desenvuelve su historia. Para el primero contará con la espectacular fotografía del experimentado Mike Ealy, quien retratará con gran sentimiento al paisaje en el que se encuentran los montículos que serán objeto de estudio. Por otro lado, Stone insiste en recordar que los personajes están viviendo en un país que se alista para la guerra y que por lo tanto todas las actividades están regidas por los preparativos para la conflagración incluso una de singular importancia para la historia de la nación como lo es la excavación de Sutton Hoo. A lo largo de toda la película esa sensación de estar al borde del precipio está presente, pero lo que genera es una profunda nostalgia por lo que se sabe que está por perderse, por lo que es sumamente probable que se irá para no regresar jamás.
Mulligan y Fiennes entienden perfectamente lo anterior y presentan actuaciones cargadas de tales sensaciones. Ella aprovecha toda su capacidad histriónica para ir construyendo un personaje que va mirando a la vida desde nuevas perspectivas conforme los trabajos en su propiedad avanzan. Sonríe, pero sus sonrisa lleva siempre un dejo de tristeza con ella. Fiennes por su lado irá de la mano de la transformación de su coprotagonista pero llevando a su personaje en un sentido opuesto, el del deseo de reconocimiento que también se transformará al entender que está ante una situación que va más allá de los logros personales para convertirse en un reflejo de su propia vida.
La Excavación es una película cuya narrativa posee varios niveles: es un hermoso retrato de dos vidas que llegan a sus momentos climáticos y que a partir de los mismos terminarán bifurcándose para siempre llevando consigo las marcas de un tiempo lleno de despedidas, de adioses que terminan siendo una carga pesada y, paradójicamente, generando los recuerdos que le dan significado las excavaciones hacía nuestro interior, a lo que fuimos y a lo que somos.
