Morena ha institucionalizado la impunidad para el crimen organizado. No se trata de que cada gobernador le ponga su estilo personal a su administración sino de que todos los Ejecutivos ligados o aliados con la 4T permiten no sólo que haya un incremento de la delincuencia en sus estados sino que no hay poder humano que los haga mover un dedo para tratar de limitarlos o de combatirlos.
Morena ha institucionalizado como partido la permisividad con la delincuencia organizada a costa de la tranquilidad de los estados en los que gobierna y hasta en los que no lo hace.
En el Sureste no pasó mucho tiempo para que la delincuencia y los índices delincuenciales tuvieran un repunte. Hoy, Campeche dejó de disputarle a Yucatán el primer sitio que compartían en seguridad en la región y poco a poco Campeche ha ido retrocediendo en la tabla de las entidades más seguras del país. Yucatán, por el contrario, se afianza junto con Coahuila y Baja California Sur.
Veamos los índices de delincuencia que se dispararon en Veracruz, Tabasco, Quintana Roo, Chiapas, Oaxaca, Guerrero y Puebla, todos ellos en poder hoy de gobiernos de la 4T. Es cierto que algunos de ellos eran hacía años sitios inseguros como Veracruz o Quintana Roo pero la realidad es que sitios apacibles como Chiapas cuya complicación sólo era por el paso de indocumentados hoy está tomado completamente por el crimen organizado hasta en la montaña, al extremo que el EZLN ha emitido comunicados de alerta y de censura lo que pasa en esa región. En comunicados de Moisés, vocero zapatista, parte de una serie de escritos que el zapatismo ha liberado en los últimos meses, cuatro hasta ahora, reconoce y denuncia la crisis que vive el suroriente mexicano, refiere el matutino El País.
“Las principales ciudades de Chiapas están en un completo caos”, señala el subcomandante. “Las presidencias municipales están ocupadas por lo que nosotros llamamos ‘sicarios legales’ o ‘crimen desorganizado’. Hay bloqueos, asaltos, secuestros, cobro de piso, reclutamiento forzado, balaceras. Esto es efecto del padrinazgo del Gobierno del Estado y la disputa por los cargos que está en proceso. No son propuestas políticas las que se enfrentan, sino sociedades criminales”, añade, en referencia al proceso electoral de 2024.
Así, con esa explicación, pareciera normal que los gobiernos emanados del partido guinda coincidan no sólo en el rubro de la impunidad sino también de la falta de resultados y la incapacidad para serle útil a la ciudadanía que votó por ellos.
La cita más preocupante es que como parte de los daños en Acapulco por el huracán Otis, un reporte del Banco de México y de la Asociación Mexicana de Bancos señala que los cajeros automáticos de las sucursales bancarias del puerto fueron arrancadas de sus bases con cadenas y camionetas para ser saqueados.
Guerrero, un estado muy complejo por su pobreza y centro de la guerrilla en los años 70´s, ha visto como el narco se transforma en crimen organizado se disputan las plazas dejando a los ciudadanos comunes como víctimas de sus enfrentamientos.
Chiapas pasó de ser el estado paupérrimo que era a la entidad con una violencia desatada donde los grupos de paramilitares surgen un día y otro por causas más que diversas.
El Estado más pobre de México sufre el enfrentamiento entre organizaciones criminales en la parte fronteriza con Guatemala, en la selva Lacandona, en la región de los Altos, en la zona de Palenque. Hay disputas entre grupos políticos en municipios de diferentes regiones. Grupos de autodefensas y paramilitares aparecen y desaparecen, defendiendo causas variables, todo ante la incapacidad o la complicidad de las autoridades. Además, bolsas de cuerpos se ven por los ríos rumbo al mar, según denuncia publicadas por El País. Eso sí, ya tienen Tren Maya.
El narco ha crecido sin combate frontal de este gobierno al extremo de que hay gobiernos en el norte y centro del país gobernados por gente vinculada directamente a los grupos delincuenciales sin que a la actual administración se le ocurra una fórmula para, al menos, contener su crecimiento y expansión.
Hoy, votar por Morena implica necesariamente estar dispuestos a resentir un alza en la delincuencia y en la inseguridad, pero no para dar resultados y menos para operar en desastres naturales. Que Dios nos agarre confesados…