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La literatura del narco

Francisco Solís Peón
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Cultura, por Francisco Solís Peón

El tráfico de drogas en México es un tema muy manoseado, se le ha intentado diagnosticar desde todos los ángulos posibles, a partir de sus repercusiones sociales, económicas y por supuesto las consecuencias que acarrea en la vida política del país.

Es muy poco probable (por no decir imposible), que alguien logre una radiografía exitosa de este complejísimo fenómeno. Para comenzar todavía no existe una frontera clara entre estupefacientes y enervantes, drogas duras y drogas blandas, drogas de diseño y drogas naturales; entre otras cosas porque cada cuerpo humano reacciona de distintas maneras y en diferente grado a cada sustancia.

Y todavía se complica más con los factores hexógenos: Quién produce, quién trafica, cuál es el territorio, cuál es el mercado; en fin, las variables son tantas y tan segmentadas que nadie puede armar el rompecabezas.

A diferencia de Colombia, donde el auge del narco tuvo sus raíces en temas claramente políticos, o de Bolivia y Perú donde el tópico es meramente económico; en nuestro país ningún “capo” del narco quiere ser senador o pertenecer al consejo coordinador empresarial, y lo más curioso del caso es que procuran tener los menores vínculos posibles con el gran mercado que significan los Estados Unidos.

Si pensamos en un principio de solución la pelota se encuentra en la cancha de nuestro inefable Presidente.

Según el “Mayo” Zambada en una entrevista otorgada a Julio Scherer García señaló que el negocio más “limpio” y más redituable seguía siendo la marihuana. En esta lógica, el gobierno actual de “izquierda”, “de libertades”, debería dar luz verdea la iniciativa de legalización total de la cannabis presentada por Fernando Belaunzarán (1) en la legislatura pasada ¡Es el colmo del absurdo que en Tijuana confisquen un camión lleno de mota y en California sea legal consumirla al aire libre y hasta en algunos espacios públicos!

Tal vez la única manera de abordar el narcotráfico desde diversas perspectivas para hacernos de una visión más o menos integral al respecto, lo otorgue la literatura. De entre los ríos de tinta (muchas veces roja) y las toneladas de papel que se han escrito, me voy a tomar la licencia de escoger tres, debido a que los considero los más representativos de los distintos enfoques de este “sub género”.

Antes que nada “La reina del sur” de Arturo Pérez Reverte (2), donde la novelística se cocina con ficción y realidad, aderezadas con el delicioso estilo del autor y condimentadas con las dudas que plantea.

Después tenemos “Desde Navolato vengo” que tiene la peculiaridad de haber sido escrito por un narco a manera de encargo (me consta, lo que no sé es a ciencia cierta quién) y por lo mismo omito el nombre del autor. Por lo demás el libro está bien escrito, inmejorablemente construido en su capitulación y sintaxis; nos regala una perspectiva distinta casi “desde adentro” del fenómeno social.

Y por último pero no por eso menos importante, “El narco: La guerra fallida” escrito conjuntamente por el ex vocero presidencial Rubén Aguilar y el ex canciller Jorge Castañeda, sin duda lo mejor que se ha escrito en serio sobre el tema, relumbra de escenarios, actualidad y soluciones concretas, no les voy a decir más porque si de verdad les interesa analizar el tópico vayan a la librería más cercana o cómprenlo en Amazon, les garantizo que no se van a arrepentir.

Al menos tres generaciones de mexicanos hemos tenido contacto con alguien que directa o indirectamente está en el mundo de las drogas ilegales, de una forma o de otra; algo hay que hacer sí, pero mientras el gobierno que tenemos se decide, podemos leer al respecto.

Francisco Solís Peón
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