Anocheció. Julio de sol y sal.. La luz del faro, allá en la otra orilla, iluminaba la noche de la isla, la piel bronceada, los corazones de oro y verdad. Eran los veranos de él, que había sido un niño bueno, y ahora era un hombre honrado y sincero.. Recordaba los helados de aceite y nuez de la abuela gallega..
Regresaban a casa tras una aventura de toros! Eran todos de alma taurina, de seda y muleta, de naturales con esencia. Uno de ellos beneficiaba a la Fiesta con cada una de sus aportaciones, era sabio y de ideas de arena y capote. Regresaban como antaño, cantando canciones, felices..
La luz del faro desprendía destellos de vida, de luz! Bendita la luz de los seres de pureza. Regresaban hablando de Morante, del mago Talavante, en amistad y franqueza. La luz del faro regalaba verano. Alegría.. Muchos en carretera ni reparaban en ella.. únicamente la apreciaban las gentes sensibles..
Faltaban tres días para Santiago Apóstol
Dedicado a los faros
A la amistad
Al 22 de junio
A mi amigo José María
A Ana y Jose y Hugo
A Carlos
A mi Luis
A Morante
A mi mago: vuelve, por favor!
A Santi Abascal
A José Tomás
A la luz de los seres de verdad