Por
Francisco Solís Peón
Poco a poco se retira la “heladez” para darle paso a los calores tan nuestros.
La primavera en nuestra tierra es sinónimo de lectura, poesía, literatura, tratados de ciencia, narrativa infantil, homenajes a grandes escritores, el reencuentro anual entre figuras nacionales y locales, en fin; el mundo de los sueños y del conocimiento ¿Qué son las letras sino la mejor manera que ha inventado el hombre para transmitir sus ideas?
El evento cultural más importante, yo diría que de toda la península, es la Feria Internacional de Lectura del Estado de Yucatán (FILEY), patrocinado principalmente por la UADY, que este año tendrá como invitados al Gobierno de Nuevo León y a la propia UANL, esta última prima hermana (por muchas razones) de nuestra “máxima casa de estudios”.
Este año la oferta al público resulta especialmente interesante, el enfoque nunca deja de ser el urgente fomento a la lectura sin embargo con una visión a futuro y hasta un toque de elegancia: “Leer es mi destino”(1) es el tema que conlleva un mensaje a “milenians” y “posmilenians”, generaciones que leen aún menos que las anteriores.
Entrando en materia tenemos una vez más a los hermanos Taibo que son garantía, Monge, Restrepo, Uribe y el invaluable Villoro; hasta ahí lo más granado de las ligas nacionales.
En la propuesta internacional sobresale el nicaragüense Sergio Ramírez, premio Cervantes 2017, de los demás no opino porque no sé, pero nunca sobra una agradable sorpresa.
Del patio tenemos a Agustín Monsreal, la entrañable Sara Poot Herrera, Carlos Martín Briceño, Sol Ceh Moo, Manuel Iris, Laura Baeza, Jorge Pech, entre otros autores.
Llama atención la gran importancia que se le otorga a las letras con sesgo político, para los internacionalistas viene el famoso argentino Andrés Oppenheimer, en el ámbito nacional está Denise Dresser que no necesita presentación y para nosotros los “grillos de albarrada” disfrutaremos de la inteligencia femenina de la ex gobernadora Dulce María Sauri Riancho.
El premio anual “Excelencia a las letras” que otorga la UADY y que este año recaerá en Héctor Manjarrez raya en los límites de la polémica, si bien su obra es vasta y multidisciplinaria, a muchos simplemente no nos convence, claro, el jurado sus razones tendrá.
Por supuesto que habrá cine, teatro, música, talleres de todo tipo.
En suma la FILEY es un gran banquete donde todos tenemos cabida, el año pasado fuimos 200 mil, ojalá este año superemos con creces el número de comensales.
