Mérida, Yucatán, a 16 de julio de 2024.- Cada 16 de julio se celebra el Día de la Marquesita y este año es el segundo que se festeja consecutivamente en honor a este maravilloso postre yucateco.
Esta festividad se realiza en todo el país con el apoyo e iniciativa de una organización homónima que junta, a nivel nacional e internacional, puestos o negocios que se especialicen en este postre, incluyendo a algunos países como Argentina, Colombia y El Salvador. En este día especial, se ofrecen descuentos y promociones a todos los consumidores, favoreciendo la venta y demanda del producto.
Las marquesitas son un postre muy popular en el estado de Yucatán; estas se pueden encontrar en muchos puestos de comida callejera, ferias y eventos. Además de que es una delicia su sabor, resulta muy fácil de comer mientras el individuo camina o está de pie en la calle interactuando con sus alrededores.
Son originarias del territorio yucateco y su preparación es muy similar a la de una crepa, pues la masa con la que se elaboran está hecha a base de harina de trigo, huevo, leche y azúcar; su consistencia es dorada y crujiente, por lo que se cocina en una plancha especial para marquesitas.
Al calentarse la masa, quedando crujiente, se coloca queso de bola rayado a la mitad de la capa de masa y, posteriormente, se enrolla, como un taco. Algunas personas le añaden diferentes ingredientes, como cajeta, Nutella, frutas, e incluso se han diversificado sus sabores, pues también hay marquesitas saladas hechas con jamón.
La marquesita fue inventada a finales de los años 30 aproximadamente, por Leopoldo “Polito” Mena y su esposa, Carmen Muñoz. Polito, conocido así por sus clientes, era un heladero de la región que, en épocas de frío, buscaba la manera de seguir generando ventas para que no bajen sus ingresos, por lo que optó por este postre. Él habría buscado una forma novedosa de vender barquillos, aunque el grosor de estos no era satisfactorio para la gente, por lo que su esposa le recomendó cambiar la receta.
El origen del nombre del postre tiene dos variables: la primera, según algunos testimonios, se debe a las hijas de un marqués que eran clientes constantes del heladero y, la segunda, se relaciona con el apodo que le solía poner Polito a su esposa, “Marquesa”.
En el 2010, durante la Feria de San Marcos, en Aguascalientes, Yucatán fue el estado invitado de honor, por lo que la región debía exponer sus mejores demostraciones culturales, entre ellas, su arte culinario y postres. El Gobierno de Yucatán optó por establecer diez puestos de marquesitas en la feria, teniendo un éxito rotundo tan solo el primer día; inclusive, rebasó por mucho la venta esperada, decidiendo a último momento el traslado de más puestos y abundantes cantidades de los materiales e insumos que sirven para la elaboración de las marquesitas, con la ayuda de varios vuelos de chárteres especiales.
Hoy en día, las marquesitas yucatecas tienen una importancia singular en la región y en el país, debido a su arraigo cultural profundo y su papel crucial en la economía local. Tiene un sabor único que atrae tanto a residentes como a turistas; también, es una fuente significativa de ingresos para vendedores ambulantes y pequeños empresarios, especialmente en áreas turísticas como Mérida y Valladolid, donde su venta contribuye directamente al crecimiento económico local y a la promoción cultural durante festivales y eventos regionales.
Con información de José Enrique Avilés Laines.