Pues bien, un ligero respiro pues “sólo” tuvimos hoy 23 muertos. Ya llevamos 1,744. Y tuvimos 162 nuevos contagios llegando a 13,125. El país ya enterró y cremó hoy a más de 58 mil muertos por covid. Y a agosto le faltan 12 macabros días para terminar. Y digo macabros en toda la amplia acepción de la palabra. Hace exactamente un mes hacía el cálculo de que al ritmo de muertes y contagios que hubo entre el 18 de junio y el 18 de julio, tendríamos alrededor de 1,400 muertos para estas fechas de agosto. Rebasamos el pronóstico con amplitud, y aún si nos mantenemos con la cifra del día de hoy superaremos los 2 mil muertos a fin de mes. Ya no hablemos de la cifra si volvemos a los fatídicos mas de 30 muertos diarios que nos han venido acompañando los últimos dos meses. El peor escenario se cumplió. Más bien se sigue cumpliendo. Pero cuando escuché hoy a los gobernadores y al presidente (con minúsculas en ambos casos) en la reunión de la conago, la primera palabra que me vino a la mente fue: mezquindad. Empezando con la del presidente y siguiendo, por supuesto, con la de nuestro gobernador. De pronto me pareció estar oyendo una discusión donde el último tema que importaba era el más importante: la pandemia. En efecto, se discutió de politica y sobre todo de dinero. La pandemia fue sólo un telón de fondo, un escenario, una referencia anecdótica. Tal parecía que ya estaba resuelta. Y es que para los políticos ya lo está. Su politica sanitaria está claramente definida y no ha cambiado desde el primer día: que se mueran los que se tienen que morir y punto. Si es necesario pedirán no un minuto sino una hora de silencio. Y ya. El gobierno los acompañará con declaraciones hasta el panteón, faltaba más. Mexico ocupa el tercer lugar mundial en muertes.(y no está de más recordar que en el mundo existen 194 países soberanos). Hay 191 países con menos muertos que México, la mortalidad está a todo lo que da y la principal preocupación de los gobernantes es: ¡el color de los semáforos y la economía!..en el caso de Yucatán es igual. Les pongo un ejemplo y otro día podemos abundar en él: el transporte público. Sexenio tras sexenio se han puesto sobre la mesa distintas soluciones. El problema no es técnico. Es político. No se reestructura para no afectar intereses, y no necesariamente, como ustedes pueden pensar, de todos los transportistas. De algunos, y sobre todo de ciertos políticos. Ni siquiera es económico en sí mismo. El último año del sexenio de Rolando Zapata había un plan de reestructurar todo el transporte de Mérida, que implicaba que el gobierno tendría que desembolsar poco más de 200 millones de pesos. Se dijo que no se tenía dinero, pero se gastaron 350 millones en el Palacio de la Música y 1,200 millones en un centro de convenciones, hasta el momento bastante inútiles. Se dice que no hay dinero para invertir en el transporte, pero este gobierno ha invertido 409.3 millones en la remodelación del Centro de Convenciones Siglo XXI para…¡un tianguis turistico!…si usted y yo, sin ser expertos, podemos darnos cuenta de que si en el transporte público de todo Yucatán se mueven diario medio millón de personas, que tienen una cercanía promedio con 260 personas y que se pueden dar hasta unos 130 millones de contactos diarios, podemos ver que el transporte está siendo el principal vector de contagio. El 3 de abril murió el primer yucateco. Hoy 18 de agosto ya murieron 1,744. 4 meses y medio y no se ha hecho nada real para solucionar el problema del transporte. No hay dinero, dicen…el gobierno anterior y éste hubieran podido solucionar el problema con el presupuesto de cualquiera de las 3 obras. Hasta ahora bastante inútiles. Pero eso hubiera beneficiado a los más pobres y con ellos no hay negocio. Sin una ingeniosa y atrevida reestructuración del transporte público los contagios y muertes por covid no cesarán; menos con la desesperación visible precisamente hoy por todos los gobiernan este país por volver a “la nueva normalidad”, que implica ríos de gente en la calle. Que se contagien y mueran los que tengan que morir. En su mayoría los más pobres. No hay dinero, lo que sobra es mezquindad. Y muertos…que rabia…salud y suerte.(Luis Ramírez)
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