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La Navidad, un momento para la reflexión y la unión familiar

Yazmin Rodriguez Galaz
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Por Yazmín Rodríguez Galaz

“Nadie debe olvidar el auténtico significado de la Navidad que es el nacimiento de Jesús y por tanto, no es el consumismo ni los adornos relativos a las fiestas navideñas lo más importante”, opinó el Presbítero Jorge Carlos Menéndez Moguel, al dar un mensaje con motivo de las fiestas decembrinas y el cierre del año, del 2016 y el inicio de lo que será el 2017.
El espíritu navideño no está en “los adornos, el pino, la decoración, los regalos, sino en la preparación del corazón para recibir a Jesús”, puntualizó.
El padre conocido por sus amigos y cercanos como el “padre Manito”, ha dado infinidad de conferencias y talleres, buscando promover lo que es la palabra de Dios y la verdad sobre las festividades de la Navidad.
Recientemente, ofreció un taller-conferencia en el Club Libanés, en donde el sacerdote recalcó que no está en contra ni piensa que esté mal que en esta temporada decembrina, las personas decoren su casa, coloquen foquitos o intercambien regalos, pero enfatizó que no se debe olvidar el verdadero significado de la Navidad: El nacimiento de Jesús.
Dijo que, los adornos, los obsequios y el árbol tapan las venas espirituales si no se tiene cuidado con ellos. Las fiestas decembrinas no están mal, porque no atacan a Dios, pero esta confrontación sí ocurre cuando se ignora el suceso religioso de la temporada.
El padre “Manito” hizo un llamado para tomar en cuenta esto y que si se va a poner el árbol de Navidad no se olvide que el Nacimiento de Jesús es lo más importante.
Advirtió que la comercialización de la Navidad es una tentación por la que no hay que dejarse llevar, lo cual no significa que no se deba comprar nada, sino que hay que tener presente que el sentido de la celebración es el misterio de la Encarnación y comunicar que se festeja el cumpleaños de Jesús, sobre todo a los niños, ya que no hay un solo pequeño que al preguntarle qué es la Navidad no la relacione con regalos, fiestas y piñatas. Ninguno, lamentó, dice que se festeja el nacimiento del Creador puntualizó.
El verdadero espíritu de la Navidad
El Padre Manito subrayó que el verdadero espíritu de la Navidad es la preparación del corazón para recibir al Señor, “a ese Dios querido que se hizo hombre por nosotros, para que seamos hermanos los unos y otros”.
“Hay que redescubrir a Dios cercano al ser humano, que el hombre sepa conducirse bajo la palabra de Dios, nuestro Señor”, indicó.
El sacerdote alertó que no hay que llenar la casa de foquitos, como si a más luces mayor sea el espíritu navideño, pues esto nada tiene que ver con el motivo real de la Navidad, “es sólo la envoltura y no el regalo”, indicó
Manifestó que tener una feliz Navidad dependerá de cómo prepare cada uno su corazón y la actitud que tenga en sus casas: si se deja deslumbrar por la iluminación y los adornos, los elementos más superficiales de la temporada, o si recibe a Jesús en su corazón.
El párroco aseguró que lamentablemente la indiferencia espiritual es lo más delicado que enfrenta la sociedad en estos momentos al parecer porque “nos hemos mareado” por los placeres mundanos y material.
Es grave la injusticia social, el narcotráfico, la violencia, la corrupción, pero la indiferencia espiritual también es un asunto delicado y muy grave, afirmó a La Revista Peninsular, el reconocido sacerdote.
No es mala la alegría profana, pero hay que tener consciencia de que el hombre debe ser cercano a Dios.
Lamentablemente –dijo- “Se ha perdido la espiritualidad, nos hemos distraído por las alegrías, unas buenas otras no tan buenas, pero se ha establecido una cortina de humo sobre lo que es la alegría cristiana, la alegría plena con el amor de Dios”, acotó.
“La alegría profana no es mala, pero hay que estar claros que la alegría espiritual es la que nutre al cuerpo, porque el cuerpo no es solo materia, también es espíritu”, afirmó.
-Qué hay que hacer para retornar a esa espiritualidad?
-La iglesia tiene que trabajar para ver que los creyentes retomen sus antiguas costumbres, los hábitos y la fe, la creencia de que la Navidad es el nacimiento de Jesús.
Estuvo de acuerdo en que las celebraciones de las posadas organizadas por las iglesias son una forma de hacer entender a los fieles el significado de las fiestas decembrinas.

Lograr la contemplación del nacimiento es una forma de retomar esas creencias, abundó.

Indiferencia espiritual

“Contemplar el pesebre, el nacimiento, es oxigenar la Navidad”, dijo.
Menéndez Moguel comentó que hoy en día lo más delicado que está ocurriendo es la indiferencia hacia la espiritualidad.

“Parece que nos hemos mareado con los satisfactores mundanos y materiales y hemos olvidado los satisfactores espirituales”, reiteró.

Luego dijo que es necesario redescubrir en nuestras vidas, la alegría de ser hermanos de Jesús, el que Dios está con nosotros y redescubrir la fuerza que su cercanía nos da, expresó.

Por otro lado manifestó que la Iglesia es la herramienta, el instrumento para facilitar el encuentro de Dios con el hombre.

Señaló que sí la Iglesia no cumple con ese papel, estorba ese encuentro espiritual.

Claro-expuso-, la Iglesia cumple ese papel y solamente en casos de excepción, cuando no es humilde, es soberbia; ese objetivo no se alcanza.

En general la iglesia cumple con esa noble tarea, y lo hace bien, concluyó el Padre Manito, no sin antes hacer extensivos sus parabienes a todos los lectores de La Revista Peninsular.

Yazmin Rodriguez Galaz
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