Noviembre se había llevado los calores fuertes de verano.. Trajo temperaturas más frescas, en absoluto frías, nieblas mañaneras, y algunas nubes que no dejaban lluvia… Aquella tarde en el cielo había algunas…
… una era muy pequeñita, parecía una rosa…
Se quejaba la nubecilla allá arriba… Debido a su diminuto tamaño le costaba mucho llegar a ver las cosas que estaban pasando! Percibía el movimiento, colores en danza, un detalle acá y un detalle allà… Pero quería verlo todo bien!
Le contaron que se hallaban sobre la finca.. Y que aquel día había un tentadero… las otras nubes le describieron la fuerza de los toros bravos.. le contaron sobre la muleta roja en el atardecer escribiendo sonetos…
Pero la nube quería contemplarlo por sí misma!
En la noche se cumplieron sus deseos. Como si de un poemario de Lorca se tratara la Luna de plata y ella pudieron verlo todo… El campo, los capotes a la espera de ser acariciados, los caballos… què belleza!
Dedicado a los ganaderos
A los toreros
A mi torero
A mi amiga Rosario, con la que pronto pasaremos un agradable tiempo en Portugal
A mi niño Luis
A la memoria de Miguel Espinosa. Y a su familia