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La problemática vial del Centro Histórico, un verdadero caos

Ismael Méndez Camargo
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Por: Ismael Méndez Camargo.

Cuando se fundó la ciudad de Mérida, como tantas ciudades del siglo XVI y XVII nadie tuvo la idea de planear urbes a futuro, limitándose a calles estrechas que en un principio era transitada por calezas y caballos, que aunque hoy lucen románticas o turísticamente atractivas, también representan un problema vehicular que se incrementan con la presencia de antiguas escuelas e iglesias de nueva creación que se ubican en el centro histórico de nuestra capital yucateca, como podemos mencionar los colegios Educación y Patria, Prepa Yucatán, Colegio Americano, todas ellas en el suburbio de Santiago, también podemos nombrar a las iglesias llamadas protestantes, como el Divino Salvador en la calle sesenta y seis, un templo adventsista ubicado en la calle sesenta y uno así como otra iglesia cristiana en el Rumbo de San Juan, cuyos usuarios y asistentes, llenan con sus automóviles las estrechas céntricas calles meridanas.

Nombrar las escuelas, iglesias, bancos, comercios que tienen asiento en el centro sería interminable, como interminables son los problemas que causan los mencionados usuarios con sus coches, sobre todo en horas pico, sin que el problema sea solucionado con alguna alternativa por parte de las citadas instituciones y mucho menos por la Policía Municipal de Mérida, ocasionando un verdadero problema a los que transitan por las calles aledañas o a los vecinos que todavía viven por esos rumbos, siendo una verdadera molestia para ellos y para los que no respetan las franjas amarillas que indican que no pueden estacionarse, por los reclamos de los habitantes del centro.

Oficios van y vienen hacia la policía municipal, que no resuelve nada, pues no toma verdaderas acciones para solucionar el problema, haciendo una verdadera llamada de atención a los causantes del problema, pues ni siquiera los agentes de la citada corporación imponen multas a los que se estacionan en franjas prohibidas y más aún en calles primarias, como son la sesenta y uno, la sesenta y seis entre otras que se congestionan también por el paso de autobuses urbanos, vagonetas de transporte, y ni que decir de bicicletas ó motos que intrépidamente se atraviesan entre la gente en los cruceros y entre los automóviles, lo que ha causado graves accidentes muchos de ellos fatales, y como cereza del pastel los estanquillos y puestos de periódicos, que hacen más difícil pasar por las banquetas, viendo a todas luces una mala planeación de esas antiguas calles coloniales, que aunque bellas, no por eso dejan de ser conflictivas a ciertas horas, sobre todo entre semana.

Parece que la policía se ha pasado de tolerante con los que no cumplen con las disposiciones de tránsito y estacionamiento, que es reflejo fiel de las próximas elecciones en puerta, con el fin de no perder votos, lo que representa una complicidad compartida que obviamente tiene un claro mensaje de parte de los altos mandos del jefe del ayuntamiento. Y si a eso agregamos que hay muchos hoteles en el multicitado centro, se incrementa el problema, con los autobuses de turismo, que por su tamaño obstaculizan nuestras estrechas calles. Todo tiene solución pero falta una verdadera estrategia para que nadie salga afectado con la aglomeración de automotores y personas. Urge que los regidores sean más estrictos en sus planes municipales de desarrollo y más en el emblemático centro histórico.

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