Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.
Al finalizar el actual periodo vacacional iniciará el
ciclo escolar 2022-2023 de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY) por lo
tanto muchas felicidades y mucho éxito para los estudiantes de nuevo ingreso y
mucha dedicación y constancia para quienes ya cursan el nivel medio superior o
los diversos programas de licenciatura y de posgrado de la casa de estudios.
Asimismo, mucho éxito para todos y cada uno de los
académicos de tiempo completo, medio tiempo y también para quienes trabajan por
horas, espero que en este nuevo ciclo las cosas marchen mucho mejor que en los
dos últimos dos periodos escolares severamente afectados por el impacto y
secuelas de la pandemia por Covid, enfermedad que aún persiste con todo y las
múltiples vacunas creadas y aplicadas a millones de personas en todo el mundo.
Dicho lo anterior, además del inicio del ciclo escolar
para miles de estudiantes, docentes y trabajadores administrativos y manuales
de la UADY y en general del sistema educativo del estado, arrancará de lleno el
proceso para la sucesión del nuevo Rector, cargo que ocupa José de Jesús
Williams y que oficialmente dejará el día primero de enero de 2023 en manos de
quien lo sustituya.
Desde mi óptica externa y sintetizando la
administración del doctor Williams (tercer veterinario en línea encargado de
dirigir los destinos de la UADY), considero que mantuvo la estabilidad
académica y financiera heredada de sus antecesores, sin embargo, no podemos
olvidar la huelga registrada prácticamente al inicio de su gestión y los
efectos causados por la pandemia, esta última, situación que aún y con las
plataformas digitales, paralizó la formación física transversal de los jóvenes,
es decir, la dinámica natural en los 5 campus durante poco más de dos años,
luciendo prácticamente vacíos -como todo- salvo la presencia de algunos
trabajadores encargados de velar por el patrimonio universitario.
Con José de Jesús, creo yo, concluirá una etapa más
del proyecto universitario cuya raíz radica en el otorgamiento de la Autonomía
de Derecho, en 1984, y cuya estafeta han portado Álvaro Mimenza Cuevas, Carlos
Pasos Novelo, Raúl Godoy Montañez, Alfredo Dájer Abimerhi y ahora José
Williams, desde luego, cada uno con su estilo y características para
administrar dejando así libertad a la historia para juzgar y colocarlos en los
lugares que merecen.
El proyecto de la UADY deberá continuar a partir del
uno de enero próximo pero ¿en manos de quién? Cierto es que son muchos los
académicos y funcionarios con la preparación, capacidad y experiencia para
asumir esta responsabilidad pero sólo será una persona la o el encargado de
continuar con el proyecto que nació en 1922 y que, como dice el presidente en
sus mañaneros discursos, ha registrado transformaciones a lo largo de sus cien
años, siendo la más trascendente (considero) la de 1984 con la Autonomía que le
dio libertad a la universidad de decidir proyectos, planes y programas y con
esto su presente y su futuro.
Entre la comunidad universitaria ya circulan varios
nombres, de hecho ya los cité en este mismo espacio pero opino que aún es
temprano para perfilar a quién debe ser votado por los integrantes del Consejo
Universitario, máximo órgano de gobierno.
Recuerdo que hay un Plan de Desarrollo Institucional
que se retro alimenta periódicamente y con metas para el corto, mediano y largo
plazos, luego entonces éste deberá ser la brújula que guíe el futuro de la
universidad pública estatal, considerada entre las de mayor prestigio dentro y
fuera de Yucatán.
Para finalizar, debo señalar que en las tres últimas
gestiones de la UADY, su columna vertebral ha sido, y sigue siendo, el
desarrollo académico; razón de ser de la casa de estudios.
La UADY se creó por y para los estudiantes y bajo esta
premisa la academia es y debe seguir siendo el motor de la institución:
proyectos, planes y programas educativos enfocados a la formación de los
futuros profesionales integrantes de las nuevas generaciones que serán los
responsables de lo que pase en lo económico, en político y en lo social, tanto
a nivel estatal, como regional y nacional.
Estaremos pendientes de lo que suceda en este arranque
del ciclo escolar que paradójicamente representa también el fin de una
administración que será recordada durante mucho tiempo y, como dice también el
ilustre tabasqueño: “Olvido no, perdón sí”.
Hasta la próxima y cuídense porque el bicho aún anda suelto.
