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La Reforma Energética ¿el gran anzuelo?

Marco Cortez Navarrete
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Por: Marco Antonio Cortez Navarrete.

En la semana que concluye, en las conferencias mañaneras, el presidente López Obrador no dejó de abordar el tema relativo a la iniciativa que envió su gobierno a la Cámara de Diputados para la Reforma Energética, tocando de manera específica y reiterativa, el tema de la Comisión Federal de Electricidad (CFE).

Concretamente, el jefe del ejecutivo nacional dijo una y otra vez que el propósito es que la energía eléctrica sea, en un 56 por ciento propiedad del Estado Mexicano, y en un 44 por ciento concesionado al sector privado, entiendo, nacional e internacional.

Lo anterior, desató una serie de análisis, comentarios, discusiones, críticas y, por qué no, algunos elogios, especialmente de quienes están de acuerdo con los proyectos e ideales de quien hoy ostenta la responsabilidad de ejercer el poder ejecutivo federal y que, recordemos, está ya a poco más de la mitad de su gestión, jurando una y otra vez que al término de su mandato se irá al rancho dejando atrás todo contacto, es más, no tendrá ni celular disponible.

En este sentido y de manera muy inteligente el presidente de México dijo también esta misma semana, que las reformas son “una gran oportunidad para los legisladores priistas, y desde luego para el partido tricolor que anda a una nada de un paro cardiaco donde, los que saben, aseguran que ya no se volvería a poner en pie.

La tentación de AMLO al PRI se escuchó en ciertos sectores “atractiva”, pero…pero…¿es esto lo que México y los mexicanos necesitan?, hablo desde luego de la reforma energética. ¿Seguir dependiendo de recursos fósiles y dejar de lado o minimizar a las energías limpias o también denominadas renovables, específicamente la eólica y la solar, tomando en consideración que México tiene extensas zonas geográficas atractivas para la explotación de estos recursos.

En lo personal, percibo, que esta iniciativa, más allá de sus beneficios económicos y ambientales, está acompañada de una “curva”, similar a la que lanzaba Fernando Valenzuela cuando vestía la franela de los Dodgers de Los Ángeles, por cierto, el equipo favorito de AMLO para ganar la Serie Mundial.

Esta “curva” lanzada utilizando la iniciativa de reforma energética, se ha convertido no tan solo en la manzana de la discordia sino también en un enorme tanque de oxígeno para el líder del priismo que ya no sabe para donde hacerse. Olvidando, tal vez, que detrás de su partido, y en general, de casi todos, por no decir todos, está una gran, sí, la misma que mece la cuna y que está entre los actores políticos más vivo que nunca y con quien AMLO pareciera ya cruzó espadas, a sabiendas que fue él, en gran parte, quien de manera directa o indirecta, lo condujo con tacto y estrategia, hasta Palacio Nacional.

En efecto, hablo de Carlos Salinas de Gortari, un presidente que entre otras cosas estableció una alianza político-económica con EE.UU y con Canadá, en 1992, y quien, desde entonces, se le ha mencionado por tener injerencia no tan solo en su partido sino de otros más, que a lo largo de los años han cambiado de nombre y de colores pero que en esencia siguen siendo lo mismo, adaptándose a las circunstancias y a los tiempos, y ejemplos físicos hay un montón, personajes que desde hace décadas permanecen en cargo públicos, saltando cual liebre contenta de un lado a otro, pero sin dejar su hábitat.

Considero que la mira, el objetivo central es, sin duda, la sucesión presidencial en el 24, en esa carrera que se observa ya va en cuarta velocidad, a más de 100 kilómetros por hora, y que tiene como meta la silla presidencial. En esa sucesión quien ocupará la titularidad del poder ejecutivo federal, ¿una mujer, un hombre?, no sé, pero que es ya un proceso irreversible y que día con día se acerca más para definir el futuro de la República Mexicana y de sus casi 130 millones habitantes.

En fin, la Reforma Energética, es el anzuelo, el gran anzuelo, a ver qué pez se engancha, pero ojo, mucho ojo, porque como el mismo presidente ha dicho también una y otra vez, el pueblo es sabio, ya no se lo llevan fácilmente al baile. ¿Quién le mete a esta “oportunidad histórica”, tal y como dijo el huésped en Palacio Nacional?.

Aunque me digan una y otra vez que la energía eléctrica no aumentará de precio, los recibos seguirán llegando y saben ¿quién en estos tiempos no depende de la energía eléctrica? esa que junto con las gasolinas continúan moviendo a gran parte del mundo. Júrelo, su rostro de impresión seguirá al ver su recibo, de esto los mexicanos “ya comimos mucho”.

PD. Ayer se realizó en México una Cumbre en Materia de Seguridad Nacional: México-Estados Unidos y se dio en el marco de la mentada iniciativa que, dicho sea de paso, se ha dicho que empresarios e inversionistas locales y extranjeros, han manifestado que no les convence la idea. ¿Habrá abordado el tema Anthony Blinken con Andrés M. López?, por lo pronto, en una declaración del titular de Relaciones Exteriores de México…”entre AMLO y Joe Biden hay afinidad ideológica y política”…veremos.

Hasta la próxima.

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