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La responsabilidad real

José Francisco Lopez Vargas
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Claroscuro, por; Por Francisco López Vargas

En la elección de julio del año pasado nadie tiene duda que el gran ganador fue Andrés Manuel López Obrador. El grado de legitimación que le han dado esos 30 millones de sufragios a su favor ha obnubilado a sus seguidores que no entienden dos cosas: que hay 90 millones que no votaron por él y que al tomar posesión es responsable de todo lo que pase en el país. Sin embargo, el triunfo de López Obrador, quiero creer, ha tenido un costo para él mismo: no tenía gente capacitada para hacerse cargo de ese monstruo que es el gobierno federal, incluidas las cámaras.

En su primer entorno, el presidente se ha rodeado de gente que o le tiene miedo o él no les tiene plena confianza. Además, como dijo esta semana, escucha a los expertos, pero no necesariamente les hace caso, lo que no sólo sería grave sino aterrador porque es precisamente en ellos donde está el razonamiento lógico de los temas más complejos.

En su segundo entorno, los gobernadores de Morena, logró el triunfo en Veracruz, Morelos –postulado también por Encuentro Social-, Chiapas, Tabasco y Ciudad de México donde estaría quizá la mayor debilidad de esa victoria. Cuitláhuac García Jiménez ha resultado un auténtico fiasco; en Tabasco, Adán Augusto López Hernández; en Morelos, Cuauhtémoc Blanco; Rutilio Escandón, en Chiapas; y Claudia Sheimbaum Pardo, en la capital de la República.

La realidad está a la vista: mientras en el gobierno federal sólo el presidente es protagonista desde sus mañaneras, en las entidades donde gobierna su partido el desastre económico y de seguridad parecieran no sólo no retomar el camino de los resultados sino que los temas se les enredan y los hacen ver como ineptos, por decir lo mínimo, y echarle la culpa a sus antecesores.

Es verdad que el país que recibieron no sólo está complicado, sino que así lo ha estado en los últimos 30 años, pero ellos aún sabiéndolo se ofertaron como la mejor opción para resolver los problemas y las grandes desigualdades históricas.

En los hechos, en Veracruz los temas de seguridad han escalado, la reactivación económica no sólo no ha llegado sino que pareciera muy distante ante los graves sucesos de violencia y homicidios ahora ya cotidianos en un lugar donde las distancias y la gran población parecieran insalvables.

El gobierno de Morena no sólo no da resultados sino que se ha dedicado a responsabilizar de todos sus males al panista Miguel Ángel Yunes y al fiscal Winckler mientras en la sociedad ya se habla de la ineptitud e incapacidad de su gobernador.

En Tabasco los males del estado no sólo no se han frenado sino que la caída económica sigue en picada sobre todo por el despido masivo de miles de empleados de Pemex. En el tema de seguridad Tabasco tiene en Villahermosa a uno de los municipios más peligrosos del país y como estado está entre las peores 10 igual que Veracruz.

En Morelos, Cuauhtémoc Blanco prácticamente no vive en la entidad que se ha sumado a las 10 peores del país en seguridad al extremo de que hay asesinatos, verdaderas ejecuciones, a mediodía en el corazón de la plaza principal de Cuernavaca.
Chiapas no se ha contaminado aún y ese gobierno pareciera no dar visos que lo hagan sobresalir de mala manera en ningún ámbito.

Empero, en la Ciudad de México, la gobernadora Sheinbaum ve cómo se le complica el tema de la inseguridad y hay balaceras diarias en diferentes zonas de la metrópoli: Polanco, Condesa, Iztapalapa… el frenón económico que padece la metrópoli tiene que ver con la decisión de la gobernadora de suspender las obras de construcción y el desempleo sólo de albañiles en la ciudad llega a más de 6 mil.

Por si fuera poco, esta primavera le ha hecho crisis una serie de incendios que normalmente se dan en la metrópoli en esta época, pero ella fue incapaz de prevenirlo a pesar de que fue alcaldesa en Tlalpan y secretaria de medio ambiente en el gobierno capitalino de López Obrador. Hoy, ella le echa la culpa a su antecesor sin reparar que Miguel Mancera fue parte del grupo gobernante desde hace más de 20 años. El problema se debe a que la mayor parte del presupuesto para Conafor, encargada del tema, se redujo casi al 10 por ciento de lo que era.

Los resultados de este primer semestre de gobierno no son para presumirse. La crisis económica que padece el país en varios rubros, sumado al despido de casi 15 mil burócratas, han hecho que haga crisis no sólo la aplicación del presupuesto sino también las reglas de operación para ejecutarlos en claras violaciones a lo ordenado por el Congreso.

La crisis económica que sólo en el atorón inmobiliario capitalino significa el 18 por ciento de la del país, ha sido incluso motivo de reclamo formal al presidente por parte de los hermanos Cababié, dueños del gripo Gicsa. Si a eso se le aúnan los desaciertos responsabilidad del presidente, la crisis que se avecina pareciera ser responsabilidad no sólo de la obcecación y de esta idea de que se entienda de que el presidente manda –no es necesario si se tuviese la certeza de que así es- sino también de la ineptitud y de decisiones caprichosas.

Sin embargo, los 27 millones de beneficiados con programas sociales, sumados a los 30 millones de votos de julio pasado, pareciera que la elección de 2021 no tiene adversarios claros sobre todo por la crisis de los partidos de oposición.
La responsabilidad real de todo es del presidente, el ganó la elección, el eligió a sus candidatos, y él eligió a sus colaboradores, que podrán equivocarse, pero la culpa siempre será del presidente…

José Francisco Lopez Vargas
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