Por: Marco A. Cortez Navarrete.
México ha esperado por décadas un mandatario que además de ejercer el arte de la política, en toda la extensión de la palabra, sea un profesional, administrador y humanista que sepa conducir con atino el destino de la nación.
Aún recuerdo cuando el expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León salió a cuadro en Tv para decir en cadena nacional que los mexicanos “debemos acostumbrarnos a vivir en la alternancia”, poniendo fin a una hegemonía del PRI-gobierno. Ahora, esa alternancia sería el común denominador de la democracia mexicana.
Y vino entonces Vicente Fox y después Felipe Calderón, ambos del PAN. Posteriormente el poder sexenal regresó a manos del PRI con Enrique Peña Nieto y éste a su vez lo entregó a Andrés Manuel López Obrador, quien después de militar años en el PRI, PRD y fundar Morena finalmente llegó a donde quería estar: a la Presidencia de México. Lo anterior, capitalizando el hartazgo de 30 de los 130 millones de mexicanos.
Hace unos días el presidente López Obrador repitió que no pretende reelegirse, que al término de su sexenio se retirará de la política confiado que habrá gente que siga lo que ha iniciado y denominado “la cuarta transformación de México”.
Claro, todo esto siempre y cuando los millones de habitantes decidan que así sea porque, en efecto, el despertar de la población ha generado una mayor conciencia y determinación para ir a las urnas y depositar su voto sabiendo el valor que tiene para su familia, comunidad, estado o país.
En las acostumbradas mañaneras el presidente soltó varios nombres de los políticos y actuales funcionarios capaces de continuar con la de “tarea de transformar a México” y entre ellos para su bien o para su mal mencionó a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, Juan Ramón de la Fuente, Tatiana Clouthier y Rocío Nahle. ¿Será realmente entre estos o como se dice en la política los quemó o fueron distractores para ocultar realmente a su propuesta, a su “tapado” o “tapada”?
Un detalle es que el presidente no nombró curiosamente a ningún gobernador ¿No será acaso que, precisamente de entre los gobernadores saldrá quien continue, enmiende o repare los daños de la actual gestión?.
Yo siempre he sido de la teoría que el expresidente Carlos Salinas de Gortari tiene todavía una muy notoria injerencia en el poder, el mismo poder que lo encumbró y llevó a la presidencia. Recuerdo que en algún momento también con Salinas se habló de un proyecto trans-sexenal, es decir, ampliación de mandato, pero no, el ahora exjefe de Estado se dio cuenta que sin la banda presidencial podría alargar muchos años más su gobierno quitando y poniendo gobernantes.
Con esta hipótesis ¿quién está en la mira de esa cúpula de poder que continúa gobernando a México?: Acaso Alfredo de Mazo, Ricardo Monreal, Samuel García, en fin, una larga lista que incluye -no lo pierdan de vista al hijo de Luis Donaldo Colosio, hoy flamante Presidente Municipal de Monterrey, ni más, ni menos-.
Todo lo anterior lo señaló para los dos últimos párrafos. Que el presidente del PAN, Marko Cortés haya citado al gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, como un serio aspirante a la presidencia. ¿Por qué no?. El derecho es legítimo, Vila quiérase o no, cuenta las cartas credenciales que cubren perfectamente los requisitos, además de ser una persona joven y con toda la energía del mundo ha demostrado preparación, capacidad y experiencia ¿por qué no aspirar a la Silla Presidencial como en su momento lo hicieron Fox, Calderón, Peña y López?.
Cierto es que en teoría todo es posible pero en la práctica la cosa cambia totalmente. Si no pregúntele al actual presidente que, como candidato fue todo un fenómeno y como mandatario es una víctima más del sistema que lo arropa y le muestra un México que no existe, que solo es el que lo que le dicen o el que quiere ver.
Por qué no pensar que Yucatán podría tener un Presidente sobre todo si ha demostrado con hechos tener la capacidad y experiencia necesarias para el cargo. Aquí, para terminar, recuerdo a don Víctor Manuel Cervera Pacheco, un fenómeno de la política local y nacional, que fue el único funcionario que le mantuvo el ritmo durante los seis años de gobierno a Salinas en la Secretaría de la Reforma Agraria.
Otros yucatecos más como Carlos Castillo Peraza que fue clave para que el PAN llegará a la cumbre y trascender, no una sino dos veces (con Fox y Calderón). En fin, hay varios yucatecos que han llegado más allá en las esferas de la política y el gobierno nacionales pero que no lograron llegar a la meta final, si, a la Silla, la tan ansiada y deseada silla. Luego entonces ¿por qué no intentarlo, si se cuenta con los requisitos y además se tiene el derecho y la legitimidad para hacerlo?.
¿Por qué no pensar en la Silla Presidencial?…Claro que primero está lo primero, Yucatán. Terminar el trabajo como debe ser. Vila Dosal tiene la edad justa, el espíritu y los ánimos para ejercer y hacer lo que le gusta. No tiene días ni horarios, luego entonces es justo mirar hacia otros horizontes.
Saludos, nos seguimos leyendo.