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LA UADY, 100 DE FORMACIÓN Y DOCENCIA

Renan Solís Sanchez
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Discurso que pronunció el Lic. Renán Solís Sánchez, abogado general de la Universidad Autónoma de Yucatán, en la ceremonia conmemorativa de los 100 de la fundación de esa Casa de Estudios, el martes 30 pasado, en el Campus de Ciencias Sociales:

La Universidad Nacional del Sureste, fundada en 1922 por impulso del gobernador de Yucatán don Felipe Carrillo Puerto, tiene su inspiración en la iniciativa de la Universidad Yucateca presentada por él en 1918 en su carácter de diputado, junto con sus compañeros legisladores Arturo Sales Díaz y Héctor Victoria Aguilar.

La Universidad Nacional del Sureste de México nació con autonomía, por supuesto diferente a la que hoy conocemos, en aquél entonces el diseño institucional no contempló el vocablo “autónoma” pero sí algunas libertades como consta en el artículo sexto del Decreto número 15 de fecha 25 de febrero de 1922, en el cual se dispuso que “por esta primera y única vez y mientras se establecen las prácticas universitarias, el Rector de la Universidad y los Directores de cada una de las Facultades que comprenden la misma, serán nombrados por el Gobierno del Estado”.

La Universidad Nacional del Sureste, durante sus primeros 100 años de vida tuvo las denominaciones siguientes: Universidad Nacional del Sureste de México, en 1922; Universidad de Yucatán, en 1938; nuevamente Universidad Nacional del Sureste, en 1951; Universidad de Yucatán, en 1958, y Universidad Autónoma de Yucatán a partir de 1984.

La Ley Orgánica de la Universidad Autónoma de Yucatán, vigente hasta el día de hoy, fue expedida con base en las reformas constitucionales de fecha 9 de junio de 1980. El pasaje histórico reciente que da sustento a las reformas constitucionales y, por ende, a nuestra ley orgánica es la propuesta presentada por el rector de la Universidad Nacional Autónoma de México, Dr. Guillermo Soberón Acevedo, al presidente de la república Licenciado Luis Echeverría Álvarez, la cual fue elaborada por dos destacados juristas doctores Héctor Fix Zamudio y Jorge Carpizo MacGregor.

Como consecuencia de lo anterior, el licenciado José López Portillo, entonces presidente de México, envió la iniciativa para reformar el artículo 3 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y modificar la Ley Federal del Trabajo; por tanto, el 9 de junio de 1980 se publicó en el Diario Oficial de la Federación el Decreto por el que se adiciona con una fracción VIII el artículo 3º de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y se incorpora en la Ley Federal del Trabajo un capítulo al que se le denominó “Trabajo en las Universidades e Instituciones de Educación Superior Autónomas por Ley”.

Con posterioridad, esto es, el día 5 de marzo de 1993 se publicó en el Diario Oficial de la Federación, otra reforma: el contenido íntegro de la porción normativa VIII fue trasladado a la fracción VII vigente. En razón de lo anterior, hoy a 100 años de distancia, aun cuando la Universidad Autónoma de Yucatán cumple con sus fines, nada le impide mirar al pasado; es decir, sin abandonar la modernidad, innovación, internacionalización y empleo de las herramientas tecnológicas que proporcionan los tiempos de ahora, quienes conformamos esta gran Institución tenemos presente el pensamiento de su fundador, expresado en estas palabras imperecederas:

Crear en el Estado una Universidad Regional con progresista orientación, liberales estatutos y sólidas bases, y que apartándose completamente del aparatoso ritual y del espíritu añejo y rutinario de las Universidades de tipo medioeval, constituya en el país un centro honorable de alta cultura científica en consonancia con todos los adelantos modernos, y para que difunda el saber sólidamente entre los que tienen la noble misión de transmitirlo, es decir, entre los verdaderos maestros, pues, como alguien dijo, la ciencia, cual la luz clara y radiante, viene siempre de lo alto, y sus verdades se elaboran, cual la lluvia fecundante, en las regiones superiores; y así, nuestra Universidad desempeñará análoga misión y distribuirá la ciencia como una Eucaristía, a todas las almas llamadas a comulgar en sus sacros altares.

En el aniversario 90 de nuestra Universidad, ante el Consejo Universitario y en sesión solemne propusimos medidas protectorias para la autonomía de la universidad pública; una de ellas -la referente a la consulta obligada a las universidades antes de reformar su ley orgánica-, ya fue incorporada en el artículo dos de la Ley General de Educación Superior, publicada en el Diario Oficial de la Federación el día 20 de abril de 2021.

Hoy, a 100 años de distancia, reitero una de las propuestas realizadas en el referido aniversario y que todavía no se recoge, esto es, la Suspensión Oficiosa Universitaria, consistente en que se otorgue a la universidad pública la suspensión correspondiente, de manera oficiosa y sin depositar fianza alguna, cada vez que la institución impugne o reclame actos que estime vulneren su autonomía.

Y, hoy 30 de agosto de 2022, se sugieren dos nuevas medidas con el propósito de garantizar el cumplimiento de los fines de la universidad pública autónoma: 1. Incorporar el principio de progresividad en el presupuesto asignado a cada institución, lo que significa que no podrá ser inferior al del año anterior, y 2. Congruencia del Estado Mexicano, consistente en que ahora que ha determinado la gratuidad en la universidad pública autónoma, con lo cual coincido, no solo debe otorgar los recursos necesarios para el cumplimiento de los fines de la institución, sino que está obligado a atender lo dispuesto en las leyes orgánicas de las universidades en el sentido de que sus actos no están gravados o bien están exentos de pagar impuestos.

Distinguida concurrencia: Hoy, a 100 años de distancia, el interior del Estado merece más que una mirada universitaria, particularmente Motul. ¿Por qué? porque es la ciudad que vio nacer a don Felipe Carrillo Puerto y porque es el pueblo en el que se forjó nuestro fundador. Un motivo más, que sería razón suficiente: “Motul de Cepeda Peraza” de 1878 a 1924, “Motul de Carrillo Puerto” de 1924 a 1933 y “Motul de Felipe Carrillo Puerto” de 1933 a la fecha, Motul de dos grandes 4 personajes de nuestra historia, que tienen en común haber sido fundadores de dos sólidas instituciones educativas: el general Manuel Cepeda Peraza, el Instituto Literario del Estado en 1867, y don Felipe Carrillo Puerto la Universidad Nacional del Sureste de México, en 1922.

La Universidad Autónoma de Yucatán, la casa de Carrillo Puerto, durante estos 100 años ha sido, es y seguirá siendo la gran cuna de las profesiones de este rincón de la Patria, la gran cuna que cumple sus fines con Luz, Ciencia y Verdad.

Renan Solís Sanchez
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