La Unión Europea (UE) ha adoptado una decisión histórica: se acordó que el bloque dejará de importar gas natural proveniente de Rusia de forma paulatina, culminando la medida en 2027.
Concretamente, las importaciones de gas natural licuado (GNL) dejarán de recibirse a más tardar el 31 de diciembre de 2026, mientras las provenientes por gasoducto se suspenderán como máximo el 1 de noviembre de 2027.
La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, celebró esta decisión como “el amanecer de una nueva era, la era de la plena independencia energética de Europa respecto a Rusia”.
La medida se enmarca dentro del esfuerzo del bloque por diversificar sus fuentes energéticas y reducir la dependencia de combustibles fósiles rusos, tras casi cuatro años de conflicto entre Rusia y Ucrania, iniciado en 2022.
La decisión incluye además un calendario claro y plazos definitivos, y representa un giro significativo en la estrategia energética europea, con implicaciones geopolíticas y económicas relevantes.
