…una tarde de relámpagos se encontraron y se juntaron.. tal vez lo que ocurría era que nadie les apreciaba y al agruparse se veían con más fuerza.. Eran la Vieja Mentira, la Joven Mentira,
la Soberbia, la Envidia, el Interés, la Deslealtad y la Ignorancia… Todos ellos muy arrogantes, muy engreídos, muy de voz muy alta, muy de mucho presumir, muy nada, muy vacíos…
La Vieja Mentira contaba cosas que jamás pasaron y fingía amistades que no tenía… la Joven Mentira, escasa en tamaño, poseía problemas graves, deliraba y afirmaba una vida que no era la suya, inventaba sucesos. La Soberbia carecía de relaciones familiares y creía que todos la veían maravillosa, su cara parecía la de un pato amarillo…
La Envidia era falsedad y deseos obsesivos de poseer lo que otros poseían. El Interés era de mirada fea, no daba palabra sin buscar algo en beneficio, pura egolatría. La Deslealtad no valoraba nada, no agradecía, lo perdía todo al compás de un segundo de “gloria”. La Ignorancia lo desconocía todo, odiaba leer, la música, el arte, aprender…
En aquel lugar se iba a celebrar una novillada, se trataba de un lugar con aficiòn taurina, pero aquel conjunto de “seres” unidos por la propia conveniencia hacían peligrar el festejo. Entonces el Genio llegò, pensò, y actuò… les regò con agua, un toque de Pureza, mucha Verdad, un chorro de Bondad, unas gotas de Cultura, Alma, Agradecimiento, Ética…
Y les susurrò: “La verdad siempre gana”… y ya no se supo más de tan horrenda comitiva…
Ojalá fuera tan fácil!
Dedicado a los novilleros
A mi niño Hugo
A mi niño Luis
A los genios
Y a mi hermana y a mi familia
