Por: Cristina Padín
Eran dos. Y ganaría uno. El niño que no había querido ser
torero y que respetaba mucho la Fiesta había nacido en una aldea y sabía lo que
eran la educación y el respeto.
Eran dos. Y hacía falta inteligencia. El niño decía que había
nacido en un pueblo, y que había soñado con el toreo desde siempre.. confundía
a Morante con Juan Ortega..
Hacía falta temple. Sensatez. Cultura.
El niño que era respetuoso adoraba Galicia. Ya no era un niño,
tampoco el otro lo era. Le pidieron que citara tres cosas bellas de Galicia.
Dijo Santiago, Ribeira Sacra, San Juan.
El niño que fanfarroneaba tampoco era ya un niño. Hablaba
ladrando. Le dijeron que citara tres cosas
lindas de la tierra gallega. Ambos afirmaban conocerla bien. Dijo Santiago, Ribeira
Sacra, San Juan.
Les pidieron que no usaran la palabra no.,.
Y el discurso del niño trabajador y humilde versó sobre una
tarde en el mar con mariscadores, con sabor a tradición y a sal. Y dijo el niño
que detestaba el esfuerzo que no le agradaba aquella prueba…
Y, así, con sus pocas luces… perdió. Tal vez ni supo que perdió…
Hay seres en la vida muy preparados
Y hay otros seres que alardean de ser muy preparados
Viva la valentía
A Manuel
A Luis
A Galicia y a gallegos de verdad
A Santiago y Ribeira Sacra
Al toreo
A Morante y a Juan Ortega
A los M
